Como lo leen; el gobernador electo de Sucre, Héctor Olimpo Espinosa, no se ha posesionado y ya está pensando en ser presidente de Colombia ¡en buena hora!
Tan brillante personaje, con una altísima estatura moral envidiable, que se goza de cosechar logros, es todo un estandarte para tan vilipendiado departamento. Se rodea de lo más excelso del fortín político sucreño, dando una lección de transparencia sin igual.
No tiene peros Héctor, para hablar de corrupción y lo hace con toda la autoridad ética del caso, porque jamás ha sabido que es eso. Es una persona limpia como el agua más pura. Hablando de aguas, ¿cómo va el rio Bogotá?
Nunca ha sabido que es negociar una votación. Neta opinión, al punto que su programa de gobierno descrestó al ex aspirante a gobernador de Sucre, Eduardo Pérez Santos, llevándolo a declinar a favor de Héctor.
Héctor, es un ser humano inmaculado, casi que extraterrestre, humilde, delicado, de admirar. Lo más destacable del gran Héctor, es como se conserva impoluto en medio de tanta mugre. Todos son sucios menos él. Es la maravilla, así lo pregonan sus acompañantes, como mi amiga del alma, Keyna Mebarak, quien después de acompañar en su gestión al ex gobernador de Sucre Julio Guerra, ahora está con Héctor. Lo hace con orgullo de aplaudir.
Comfasucre, es un ejemplo de las maravillas de las que nos proveerá este extraordinario gobernante, quien ejerció como alcalde de su natal Sincé (Sucre) donde colocó la basura en su lugar. Hoy los sinceanos, no saben cómo agradecerle, sobre todo, cuando llega el recibo respectivo.
Comisión, coima, partir, son palabras que no existen en el diccionario de este aspirante a Presidente, que es lo que necesita el país. De allí que es muy posible que no termine su periodo gubernamental, para no inhabilitarse y de esa forma, no aplazar ni someter a Colombia al ayuno de la exquisitez de tan esperado gobernante.
Nunca estará Héctor en un video, audio y demás, en oscuros cruces que comprometan su crisol comportamiento. Leal a morir; por ende, quienes le rodean, pueden estar altamente tranquilos y confiados, porque un chip de grabación o algo parecido, no se cruza por la mente de este para nada asolapado ser. Esto es meritorio; se llama, honradez, transparencia, que bastante que falta.
Tiene Héctor unas ideas extraordinarias a desarrollar, con las cuales parte; no sé con quién, pero de que parte, parte. Seguro las implementará con lujo, acompañado de su envidiable equipo, que escogió milimétricamente el 28 de diciembre para presentarlo en tan conmemorativa fecha, dando así muestras de lo que será su gobierno, sin prever que se “cuele” un corrupto burro.
Su posesión será en Coveñas, con revista aérea incluida y al parecer Héctor se lanzará desde un paracaídas al centro de la manifestación para recibir los merecidos vítores y caer en brazos del diputado sucreño alias El “Peyi” Paternina, que estará envuelto en papeles, lo que si no se, si importados de Panamá. Ruego al todopoderoso, caiga bien y no se vaya a fracturar.
En la medida que transcurra su periodo y el país lo conozca, se elevarán peticiones, para que el tiempo pase volando y ver al alto y melenudo Héctor Olimpo Espinosa Oliver, como candidato presidencial y presidente, deleitándonos de su extraordinario proceder y a la altura del momento que vive la nación.
Con el fino sentido del humor de Héctor, le deseo éxitos y QUE TENGA UN FELIZ 28 DE DICIEMBRE.