Es el momento de abrir los cielos colombianos, para que con la declaratoria de bancarrota de Avianca, aterricen en el país, muchas aerolíneas de excelsa calidad y precios mas bajos. Que se baraje una real competencia beneficiando al usuario. No mas al proteccionismo aéreo de Avianca, por parte del Estado Colombiano.
¡Que se abran los cielos colombianos! en su real dimensión.
El COVID-19, tarde o temprano pasará y una vez se incorporen a la normalidad, los aeropuertos volverán a funcionar. Es una realidad ineludible.
Con las nuevas compañías aéreas que decidan ofertar en el país, -ojalá sean muchas- se debe exigir la calidad de ellas, incluida por supuesto los estándares de seguridad y que usen en sus empleos, mano de obra colombiana y productos colombianos en lo posible. Es decir, lo que oferta el país le sea consumido. No dudemos, que en todo el mundo hay empresas aéreas que estén dispuestas a ofertar cumpliendo con estos requisitos.
Después de esta crisis de reducción del 90% de la operación aérea a nivel mundial, lo que van a necesitar es mercados de pasajeros y crean que Colombia es atractiva, para que le presten sus servicios.
Si el gobierno colombiano deja pasar esta oportunidad de romper con los monopolios aéreos, no se lo perdonará la historia ¿Le importa que no lo perdone la historia? Quiera Dios que si.
Así mismo con la apertura comercial aérea, debe iniciarse la integración de las regiones del país, sin tener que pasar por el arcaico y paquidérmico centralismo de Bogotá.
Esa es otra oportunidad: empezar a descentralizarnos.
Las directivas de la extranjera Avianca, dicen que en bancarota sus operaciones no se van a ver mayoritariamente afectadas en Colombia. Lo cual no es tan exacto, porque seguramente tendrán que reducir su flota en aire y comienza así el inadecuado funcionamiento de Avianca. Bancarrota es bancarrota. No se puede tapar el sol con un dedo.
El único deber del Estado Colombiano es abrir en toda su magnitud la libre y amplia competencia en los cielos de Colombia. Permitan que al menos se cuadriplique la oferta aérea hoy existente. Con ello se masifica el uso del avión y los beneficios que ello trae para los usuarios.
Que no contemple el señor presidente Iván Duque, cambiar de protegido, es decir dejar de proteger a Avianca, para adoptar otro consentido a costa de los colombianos.
Desde ya, debe comenzar el gobierno a actuar para esa oportuna competencia. De tal forma que cuando cese la oscura noche del COVID-19, estemos avanzados y no nos coja esto con los brazos cruzados esperando el golpe, como pasó con la Pandemia, que ni para realizar pruebas teníamos cuando el indeseado invasor arribó.