Hoy, aunque debería ser cada día, es menester hablar de la muerte como de política, farándula o fútbol, pero con la levedad y multiplicidad pregonadas por Ítalo Calvino.
- Hace pocos días atendí a una paciente.
-Doctor, mi madre está “pasando mal”. Se le subió la presión.
Y, a quién no, con la siguiente noticia. El esposo y el hijo menor, fallecieron, en el mismo día, por Covid-19.
Reflexioné, sobre el duelo propuesto por la psicología: negación, resignación y demás sustantivos. Las frases de los religiosos, “Entrégale a Dios todo”, y la de estoicos: alimento para gusanos.
En esta pandemia entiendo la multiplicidad en la ciencia, el arte con todas sus caras y la religión como una gran ceiba de tronco fuertes y, como todo árbol, tiene ramas frondosas, otras podridas por dentro. Las tres, llegan al entendimiento único : No existe la muerte, es un mal entendido por la mayoría.
La ciencia desde Demócrito , quien creía en un fundamento de todas las cosas, indivisible. Pasando por Lavoisier, al que Francia degolló en un segundo de guillotina y en una eterna vergüenza, pues su principio sigue vigente: nada se puede destruir, todo se transforma. Ni que hablar de Einstein con sus dos caras y una sola moneda: energía y materia.
He visto morir muchas personas bajo esos protocolos de los cuales en parte discordo, puesto que en sus retinas queda el rostro de alguien parecido a un astronauta. tienen que estar aislados, sin visitas.
Nada sirve para consolar. Si les hablas en términos religiosos, tal vez no crean en Dios alguno, si los animas con argumentos científicos, demasiado frío. Y, si acudes a la literatura, muy cursi.
¿La vida es sueño y la muerte un despertar?, Calderón de la Barca marchitó sus ojos para acercarnos a esa respuesta. Shakespeare trajinó la idea del sueño como un ensayo de la muerte. Gustavo Adolfo Bécquer comparó suspiros que son aire y van al aire, como lágrimas son agua y van al mar, dime, mujer, cuando el amor, muere, ¿sabes tu adónde va? Que pena salseros. No es de Willie Colón.
Sin exclusividad para amor de parejas. Es sobre la vida, y perdóneme resumir al poeta: mientras existan estrellas en el cielo, aunque no vivan humanos en la tierra, habrá poesía. Habrá misterio, otra forma de decir: Universo.
La religión, el arte y la ciencia observando desde colinas diferentes, nos da como resultado: nada puede ser destruido, la muerte no existe. Sí piensas que tu madre no está contigo o a tu padre no podrás abrazar y tu hijo no vendrá…..¿ Eso es verdad?
No deseo dar consuelo de tontos; duele lo sé, mi madre, mi padre, mi abuela y amigos. Tantos, que he llegado a la conclusión, envejecer es cargar muertos a los recuerdos
Cuando te veas en un espejo, tu madre está en ti, la forma de tus ojos, la nariz de tu viejo tal vez. La manía de rascarte la cabeza, sus gustos, el chocolate caliente con espuma. La canción que compartías con tu amigo. La muerte no puede destruirlos. Te hace falta mamá, párate frente al espejo. Ella te regaló los genes de tus labios y esa curvita que haces al sonreír. A tu padre; miro al mío, en mis cejas alborotadas.
La muerte no ha vencido a nadie, desde la primera mujer, la Eva mitocondrial, hasta el día de hoy cargamos sus genes, existen en nosotros. No te engañe la mente, mientras quede un único grano de arena en el universo habrá misterio, habrá poesía, existencia, y nada puede ser destruido
Si la ciencia, los genes, el espejo, tus gestos, la literatura y los antiguos sabios, no convencen; tenemos la tercera, la religión. Desconfío de todas, pero resucitar, iluminarse, alcanzar el nirvana, significan: nada se destruye. Por donde quieras verlo, la muerte es un malentendido.
Durante mi turno, paciente en sus últimas respiraciones, me doy cuenta, en este caso, que mi labor no es pelear contra la muerte, invité a la familia a ingresar y pensaran en agradecer. Entró la hija, estuvo apunto de estallar, dije: permítete que se vaya tranquilo, concéntrate en agradecer. Me miró, pasó la manga de su camisa amarilla por sus ojos, la cara roja, tomó aire y susurró: fuiste un buen padre. El atarzanado llanto, desbocó en sollozos, la cara se le iluminó, lo besó. La frecuencia cardíaca, en el monitor: 40, 30, 20, hasta llegar a la línea recta. Era paz.
Cuando pienses como artísta, religioso o cartesiano, entiende que el arte, es al fin poesía de diferentes formas. la ciencia, arte con otro lenguaje. Las tres: Ciencia, Arte y Religión, concluyen que La muerte, como la conocen la mayoría, es un mal entendido. Tal vez, la muerte es una forma de agradecerle a la vida.