La Organización Mundial de la Salud OMS plantea que «algunas personas pueden llevar una vida más sana y tener mejor acceso a los servicios de salud que otras, debido enteramente a las condiciones en las que nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen. En todo el mundo, algunos grupos luchan por llegar a fin de mes con pocos ingresos diarios, tienen peores condiciones de vivienda y educación y menos oportunidades de empleo y tienen poco o ningún acceso a entornos seguros, agua y aire limpio, seguridad alimentaria y servicios de salud. Todo ello provoca sufrimientos innecesarios, enfermedades evitables y muertes prematuras. Y perjudica a nuestras sociedades y economías”.
Se trata del enfoque de vulnerabilidad. Desde el punto de vista sanitario el enfoque de vulnerabilidad involucra el reconocimiento de factores de tipo social, cultural, económico y político que determinan la conducta y el acceso a servicios básicos y entornos saludables de los individuos inmersos en ese medio y que por lo tanto influyen en la capacidad del individuo para ejercer control sobre su propia salud, lo que en última instancia determina su riesgo para enfermar y morir.
Complementa la OMS diciendo: «Esto no solo es injusto: es evitable. Por eso pedimos a los líderes que garanticen que todas las personas tengan unas condiciones de vida y de trabajo que favorezcan la buena salud. Al mismo tiempo, instamos a los líderes a monitorear las desigualdades en materia de salud y a garantizar que todas las personas puedan acceder a servicios de salud de calidad cuando y donde los necesiten».
La OMS se refiere a las desigualdades injustas y evitables, a las que mi maestro Rubén Darío Gómez de la Escuela Nacional de Salud Pública me enseñó a llamar Inequidad. «La inequidad es un concepto ético e implica una valoración de la desigualdad. El valor central para definir una desigualdad como inequidad es la justicia, de manera que la inequidad es una desigualdad considerada injusta.» (Desigualdad, inequidad e injusticia en el debate actual en salud: posiciones e implicaciones. Mario Hernández).
Las inequidades conducen a desequilibrios en el ejercicio del poder político y tienen profundas y graves implicaciones sobre las libertades políticas, la democracia y el acceso a los servicios sociales básicos y al mejoramiento de las condiciones de vida. Es así como diversos fenómenos sociales, culturales, económicos y políticos, las limitaciones en el acceso a bienes y servicios básicos, la insatisfacción de las necesidades básicas, la pobreza y otros factores, se relacionan mutuamente y se convierten en un círculo vicioso que mantiene, profundiza las inequidades y perpetúa individuos y segmentos poblacionales en la marginalidad, generando situaciones de desventaja, lo que los hace más vulnerables a enfermar y morir tempranamente, afectando negativamente las condiciones sociales y económicas del conjunto de la población.
La propuesta de acción de la OMS para los líderes de todo el mundo se centra en cuatro pilares:
- Trabajar juntos: Trabajar codo a codo con las comunidades y las personas afectadas con el objetivo de abordar las causas profundas de las desigualdades y poner en práctica soluciones -dentro y fuera del sector de salud- para abordarlas. El impacto será mayor cuando los gobiernos y las comunidades trabajen juntos de manera coordinada.
- Recoger datos fiables: Garantizar la recopilación y el uso de datos sanitarios oportunos y fiables, desglosados por sexo, edad, ingresos, educación, situación migratoria, discapacidad, ubicación geográfica y otras características relevantes para el contexto nacional. Solo así es posible evaluar las desigualdades entre los subgrupos de población y tomar medidas que tengan impacto.
- Abordar las desigualdades: Adoptar un enfoque de todo el gobierno para abordar las causas fundamentales de las desigualdades y aumentar la inversión en la atención primaria de salud. Esto es fundamental para hacer frente a los retos actuales que supone garantizar la «Salud para todos» y para construir la resiliencia del futuro.
- Actuar más allá de las fronteras nacionales: Debemos reforzar los mecanismos nacionales e internacionales y fomentar la confianza y la participación de la comunidad en el suministro y utilización de los servicios de salud con el fin de garantizar el acceso para todos a nivel mundial.
Una visión diferente y mucho más completa y humana de la justicia. Veremos cuáles candidatos están alineados con estos lineamientos.