Si alguna vez creí en algún Santo de religión alguna, fue en él. Hoy en, algunas regiones – no por estos lares- es el Santo contra las epidemias. Recuerdo la fecha de su celebración porque lo investigué en internet, pero en aquel tiempo, después de alguna tarde de fútbol, saber que alguien decía: ¡hoy hay San Sebastián!…era buscar la mejor pinta que tuviésemos para alistarse a salir de noche, sin retapujos de nuestros padres,
- – ¿Para dónde va?
- Má, hoy es San Sebastián.
Y, casi siempre, no sé la razón exacta, tal vez por la temporada de invierno, el día de San Sebastián cae una lloviznita a eso de las seis de la tarde que sirve para revivir los barrizales que habían sido tostados por el sol del día y animar la serenata de los sapos y ranas con sus feromonas pululando por los aires. Nos reuníamos los pelados del barrio bajo el palo de pomarrosa de doña María Méndez. Un poco de fútbol, de pesca, de peladas, de música, el casete con las canciones del último momento que llegaban a Leticia con nueve meses de retraso, como mínimo. Recuerdo un cantante argentino que me gustaba, cuando lo escuché por primera vez y, creo, el viejo Goes o su hijo Héctor o alguno de la familia Mendoza, tal vez Josafat o José, lo volvió popular en la guitarra e incluida en los repertorios de las serenatas pa´ las novias ariscas: “Si en la noche azul, oyes el eco enamorado de mi voz, escúchalo mi bien, escúchalo mi bien, que es para ti…”.
En resumidas cuentas, era una canción abre ventanas y rompe cercos. Pues bien, mi hijo no me cree, cuando la canción era un éxito en Leticia, el autor había fallecido cuatro años atrás y nadie se había enterado en el pueblo. Tiempos idos.
Luego de conversar y hacer maña bajo el palo de pomarrosa para salir en gallada a la fiesta de San Sebastián, un combo se dirigía a la casa de Doña María García, en la bajada de la cancha popular, el barranco, hoy la Biblioteca del Banco de la República, y el otro grupo a la casa de los Ruiz, a la vuelta del estadio José María Hernández.
Al otro día, se trocaba de fiesta; así cada grupo sopesaba donde pintaba mejor San Sebastián para el día final. Se me olvidaba son nueve días; el último día de la novena, es a todo dar. A la noche, bajo el palo de pomarrosa, escogíamos a cuál fiesta novena iríamos: donde Doña María García, están dando tamal, pero las mejores peladas van a la casa de los Ruiz. No, donde los Ruiz hay conjunto musical, ¡qué va! En el barranco está sonando el Cuarteto Continental sin parar, Lisandro Mesa y lo último de Alfredo Gutiérrez.
Ustedes no van a creer, pero aún hoy en día, si estoy enfiestado y escucho -muy raro, claro- al Cuarteto Continental o al Cuarteto Imperial, me bailo el mosaico completo; mi esposa se burla, pero me sigue la corriente. Ah …no saben qué es un mosaico musical… es un disco donde varias canciones están pegadas una a la otra, separadas por 10 segundos de ayayaiii, ricooo, góoozalaaaa. Y tenía su función social práctica; si la pelada aguantaba el mosaico contigo, es que había algo; pues imagínese 30 minutos bailando pegado con picardía, sin parar, en el calor de Leticia, sudando a chorros, la camisa mojada, los cachetes pegajosos, los pies hirviendo; pero sonaba…baila, baila la roncona, o el acordeón hacia un quiebre para entrar con °Ruruuuuu a mí las mujeres no me quieren porque no tengo plata….” …Monta mi caballito tacatá tacatá tacatá , pero móntalo despacito tacatá tacatá” …”y “la grillita enamorada le dice al grillo chichi, vénte pa´ cá ,chichi, vénte pa´ allá chichi…”; era el reguetón de aquel tiempo, decía lo mismo, mueve el c°…, móntate ahí…, sin insultar a nadie.
Bueno, me estoy saliendo del cuento. Si la pelada aguantaba el mosaico y no bajaba la mano en son de salir de la pista …no se tenía nada seguro, pero había futuro, había esperanzas de alguito. La verdad es que cada año era diferente, a veces mejor donde Doña María, otros donde la familia Ruiz. En una: francachela, baile y avemarías hasta el amanecer; en la otra: romance, peleas y botellazos con padrenuestros incluidos.
No conozco otra fiesta en Latinoamérica en la que se baila, enamora y reza al mismo tiempo,…. Ni lo piense, el carnaval es del bando contrario. Eso solo se vive en esta frontera.