El presidente de Colombia, Gustavo Francisco Petro Urrego, inició su discurso refiriéndose a la espada de Bolívar, esa misma que fue robada por la extinta guerrilla del M-19, donde militó. «Esta espada tiene tantas historias, que hoy sumará una más. Es la Espada del Pueblo”.
A renglón seguido dijo que esta es una segunda oportunidad que tiene el país: “Quiero decirles a todos los colombianos y todas las colombianas que me están escuchando en esta Plaza Bolívar, en los alrededores, en toda Colombia y en el exterior, que hoy empieza nuestra segunda oportunidad«.
El jefe de Estado ratificó en su discurso el apoyo de su Gobierno a la paz:
«Que la paz sea posible. Tenemos que terminar, de una vez y para siempre, con seis décadas de violencia y conflicto armado. Se puede. Cumpliremos el Acuerdo de Paz, seguiremos a rajatabla las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad (…) y trabajaremos de manera incansable para llevar paz y tranquilidad a cada rincón de Colombia. Este es el Gobierno de la vida, de la paz, y así será recordado».
Hizo una convocatoria a dejar las armas en las nebulosas del pasado. “A aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia, a trabajar como dueños de una economía próspera pero legal que acabe con el atraso de las regiones».
También habló de la guerra contra las drogas: «Claro que la paz es posible si se cambia, por ejemplo, la política contra las drogas, vista como una guerra por una política de prevención fuerte del consumo en las sociedades desarrolladas. Es hora de una nueva Convención Internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado, que ha dejado un millón de latinoamericanos asesinados, durante estos 40 años, y que deja 70.000 norteamericanos muertos por sobredosis cada año».
Habló también sobre la desigualdad: «Con voluntad, políticas de redistribución y un programa de justicia vamos a hacer una Colombia más igualitaria y con más oportunidades para todos y todas», dice Petro en su discurso. «La igualdad es posible si somos capaces de crear riqueza para todos y todas, y si somos capaces de distribuirla más justamente».
Dijo además que su Gobierno propone una economía basada en la producción, el trabajo y el conocimiento. “Y es por ello por lo que proponemos una reforma tributaria que genere justicia. El llevar una parte de la riqueza de las personas que más tienen y más ganan, para abrirle las puertas de la educación a toda la niñez y la juventud. No debe ser mirado como un castigo o un sacrificio».
Añadió que, «los impuestos no serán confiscatorios, simplemente serán justos, en un país que debe reconocer como aberración la enorme desigualdad social en la que vivimos, en un Estado que debe proteger la transparencia del gasto, y en una sociedad que se merece vivir en paz».
Petro Urrego, señaló también que Colombia es un país que debe y puede gozar de soberanía alimentaria, teniendo en cuenta que, “hoy el mundo aprende la importancia de la soberanía alimentaria. La soberanía alimentaria es la garantía que toda sociedad debe tener para consumir sus nutrientes indispensables. Colombia es un país que debe y puede gozar de soberanía alimentaria para lograr el hambre cero. Una misión del Estado con todo el sector privado que quiera unirse debe garantizar la plena alimentación sana de toda la sociedad colombiana y lograr excedentes de exportación».
Al referirse a los bienes a los que se les ha aplicado la extinción de dominio, enfatizó que, a partir de hoy, pasarán a ser la base de una nueva economía productiva administrada por las organizaciones campesinas, por las cooperativas urbanas de jóvenes productivos, y por las asociaciones populares femeninas.
También habló de igualdad de género y medioambiente afirmando que, «no podemos seguir permitiendo que las mujeres tengan menos oportunidades laborales y que ganen menos que los hombres, que tengan que dedicar el triple o cuádruple de horas a las tareas de cuidado, que estén menos representadas en nuestras instituciones. Ya es hora de combatir todas esas desigualdades y equilibrar la balanza». Y que «el cambio climático es una realidad. Y es urgente.»
En su discurso, el presidente Petro dijo que, «Colombia no es solo Bogotá» y que, por eso, «el Gobierno del Cambio será descentralizado».
«Les prometo que vamos a estar y trabajar en todo el país, desde Leticia hasta Punta Gallinas, desde Cabo Manglares hasta Isla San José. Duele mucho la ausencia del Estado en muchos puntos del país. Ya no más. Voy a trabajar para que el lugar de nacimiento no condicione tu futuro y para que el Estado diga presente en cada rincón de Colombia», agrega.
El presidente Gustavo Petro Urrego, dice basta a la división que nos enfrenta como pueblo. “Yo no quiero dos países, como no quiero dos sociedades. Quiero una Colombia fuerte, justa y unida. Los retos y desafíos que tenemos como Nación exigen una etapa de unidad y consensos básicos. Es nuestra responsabilidad».