El reciente lanzamiento del proyecto futbolístico Real Cartagena 2025, encabezado por el alcalde Dumek Turbay, ha sido más que una simple presentación deportiva; ha marcado un nuevo episodio en la creciente tensión política entre el mandatario local y el gobernador de Bolívar, Yamil Arana. La ausencia de Arana en el evento y la retirada del logo de la Gobernación de la camiseta del equipo se han convertido en un claro símbolo de la ruptura entre ambos, a pesar de los intentos del gobernador por minimizar el conflicto.
Este distanciamiento, que viene gestándose desde hace meses, se refleja en la transición del proyecto del Real Cartagena, antes vinculado al apoyo conjunto de la Alcaldía y la Gobernación, a un respaldo exclusivo por parte de la administración de Turbay. En la rueda de prensa del 26 de diciembre, Turbay no solo presentó el equipo para el próximo año, sino que también dejó claro que el Distrito será el principal aliado del club, desplazando a la Gobernación de Bolívar, cuya relación con el equipo parece haberse enfriado por completo.
El evento se celebró en La Aduana, con la presencia de figuras claves del club, como el presidente Renato Damiani, el director técnico Sebastián Viera, el capitán Christian Marrugo y el delantero Freddy Montero. Sin embargo, la figura ausente más notable fue la de Arana, quien previamente había compartido protagonismo con Turbay en la presentación de refuerzos como Teófilo Gutiérrez. Esta vez, el logo de la Gobernación no adornó la camiseta del Real Cartagena, siendo reemplazado por el logotipo de la Alcaldía de Cartagena.
Este giro no fue fortuito. Según fuentes cercanas a la administración distrital, la decisión de desvincular a la Gobernación se dio tras un intento del gobernador Arana de involucrar al empresario barranquillero Christian Daes en el financiamiento del club. La propuesta de Arana, que careció de consenso con el alcalde Turbay, fue vista como una jugada política que podría haber representado un cambio en la estructura de poder del Real Cartagena. Daes, un conocido empresario aliado al presidente de la República y con estrechos vínculos con el Junior de Barranquilla, fue percibido por el círculo de Turbay como una amenaza para la identidad del equipo, cuya hinchada históricamente ha rivalizado con la de los tiburones barranquilleros.
La respuesta de Arana a la presentación del proyecto fue reveladora. En declaraciones a la prensa, el gobernador expresó que se enteró del evento “por redes sociales” mientras estaba en San Juan, un indicio más de su distanciamiento de la gestión de Turbay. La falta de comunicación oficial sobre el evento entre la Gobernación y la Alcaldía no hizo sino subrayar el enfrentamiento político en curso.
Por su parte, Turbay ha dejado claro que el apoyo económico al equipo para 2025 será asumido directamente por el Distrito, con una inversión de $600 millones a través del IDER. Además, el alcalde ha gestionado recursos adicionales con empresas privadas locales como Ecopetrol y el Puerto de Cartagena, en un esfuerzo por fortalecer tanto al club como el sentido de pertenencia de los cartageneros. Mientras tanto, el apoyo de la Gobernación parece relegado a un segundo plano, a pesar de los intentos de Arana por mantener una influencia en el equipo.
Este episodio no es más que la punta del iceberg de una confrontación política más amplia, en la que las alianzas y los desencuentros entre Turbay y Arana están marcando la agenda política del departamento de Bolívar. A medida que se acercan las elecciones, la disputa por el control del Real Cartagena se ha convertido en un campo de batalla simbólico, donde no solo se juega el futuro del equipo, sino también el de las relaciones de poder entre dos figuras claves de la política regional.
*Con datos de la Contratopedia Caribe