El cambio climático es uno de los mayores desafíos globales de nuestro tiempo, y Barranquilla ha asumido un papel destacado en la mitigación de sus efectos. Bajo el liderazgo del alcalde Alejandro Char, la ciudad ha consolidado su posición como referente en Colombia por su enfoque innovador hacia el desarrollo sostenible, implementando proyectos claves que mejoran la calidad de vida de sus habitantes y protegen el medioambiente.
Barranquilla ha puesto en marcha una serie de iniciativas enfocadas en la arborización, embellecimiento de zonas verdes y la creación de huertas urbanas. Estas acciones no solo aportan al bienestar ambiental, sino que también fomentan una conexión más cercana entre la ciudadanía y su entorno.
“Preservamos nuestras zonas verdes, parques y espacio público con un robusto sistema de arborización que, además, tiene garantizado su mantenimiento para que nuestra ciudad siempre brinde entornos embellecidos. También le apostamos al turismo medioambiental con la recuperación de escenarios como la ciénaga de Mallorquín, la playa de Puerto Mocho y el río Magdalena,” destacó el alcalde Char.
- También puede leer: Transmetro avanza hacia un transporte más sostenible y tecnológico
Henry Cáceres, gerente de Siembra Más, resaltó que en 2024 se recuperaron aproximadamente 57.000 metros cuadrados de espacios públicos en parques, bulevares y el emblemático malecón de Barranquilla.
Entre los sectores más significativos se encuentran:
- Calle 10: Recuperación de un lugar abandonado en el Centro de Barranquilla.
- Calle 30 con carrera 46: Transformación de un sector deteriorado.
- Avenida Circunvalar a la altura de la carrera 27: Mejoras con paisajismo integral.
“Nuestro reto para 2025 es seguir con este proceso de arborización y paisajismo para posicionar a Barranquilla como una ciudad verde y sostenible,” afirmó Cáceres.
Las huertas urbanas y proyectos de arborización son pilares esenciales en la estrategia de sostenibilidad de la ciudad. Estos esfuerzos tienen un impacto directo en:
- Reducción de la huella de carbono: Al fomentar el cultivo local de alimentos, se disminuye la necesidad de transporte, reduciendo así las emisiones de CO2.
- Mejora de la calidad del aire: Los árboles y plantas urbanas absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno, contribuyendo a un aire más limpio.
- Manejo responsable de residuos: Las huertas urbanas implementan prácticas de compostaje, cerrando el ciclo de residuos de manera eficiente.
- Fomento de la biodiversidad urbana: Estos espacios atraen polinizadores como abejas y mariposas, enriqueciendo el ecosistema urbano.
- Educación y conciencia ambiental: Las huertas también son centros de aprendizaje sobre agricultura sostenible y el impacto de nuestras acciones en el planeta.
Barranquilla demuestra que con liderazgo, innovación y la participación activa de sus ciudadanos, es posible enfrentar el cambio climático de manera efectiva. La ciudad sigue posicionándose como un ejemplo inspirador para otras regiones del país y del mundo en la construcción de un futuro verde y sostenible.