El alcalde electo de Cartagena de Indias William Dau Chamatt sigue dando de que hablar en redes sociales y generándose así más denuncias por injuria y calumnia.
En su más reciente video señaló a Enilse López Romero de querer quedarse con el manejo de la ESE Cartagena de Indias y en su comentario se llevó por delante a Cesar Anaya y a Giovany Mesa a quienes llamó sus lacayos.
“Sabemos quiénes son los lacayos que quieren penetrarme para dañarme el oído y quedarse con el presupuesto de la ESE Cartagena de Indias. Les digo; ustedes no van a seguir robándose la plata de la salud de los Cartageneros, Si quieren guerra guerra tendrán”…
Como van las cosas y si el alcalde Dau Chamatt sigue hablando por hablar, tendrá que montar una sede alterna en la casa policial de Castillogrande donde pago tres días de arresto por desacato y dijo sentirse mejor y más bien atendido que en su propia casa.
¿Y PORQUE NO PAGAN?
El Real Cartagena, tiene una particular y curiosa forma de contratar a sus jugadores; por una parte, los deportistas firman un contrato laboral, de pago mínimo, con el Real Cartagena, y por otra, firman otro contrato, el de mayor cuantía, con la tal y cuestionada Promotora Real Cartagena S.A.S, la cual desde hace ya dos meses, y van para tres, no le cancelan los salarios a los futbolistas, muy a pesar que el gobernador de Bolívar y presidente ad-honorem de tal Promotora Dumek Turbay se declarara ante los deportistas como único responsable de todo lo laboral con el equipo ante la renuncia intempestiva del señor Roberto Vergara, “el muñeco” que colocó Dumek para que manejara esta Promotora intervenida por la Supersociedades.
Lo más duro para estos deportistas es que ahora el señor Dumek Turbay, no “les da cara”, no los quiere atender, se niega, muy a pesar a la insistencia con que acuden a las instalaciones de la gobernación en Turbaco, a la sede de gobierno, en la calle de la Moneda, pero en ninguna de ellas reciben respuestas ni son recibidos por Turbay. Es aquí, pues, donde residen los fracasos deportivos del Real.
BEISBOLISTAS, MILLONES Y LICOR.
Se ha conocido que a los beisbolistas de Grandes Ligas que de manera “fantoche” fueron traídos por el gobernador de Bolívar, Dumek Turbay, para que hicieran parte del equipo de béisbol de este departamento les fueron pagados gruesas sumas de dinero para que terminaran haciendo un ridículo y vergonzoso papel, suma que se ha conocido fue de treinta millones de pesos por cabeza, es decir, a cada uno.
¿Pero, qué pretendía Dumek con tal despropósito, el de pagarles, y por anticipado, la mencionada suma de dinero, treinta millones, a los jugadores Harold Ramírez, Meybry Viloria, Dilson Herrera? ¿Luis Escobar y Tayron Guerrero si ellos no son del registro deportivo de este departamento? ¿Buscaría asustar a las otras delegaciones? Probablemente, pero le salió el tiro “culatero”.
Ahora, ¿de dónde salieron esas sumas de dinero? ¿cómo los justificarán?
Pero lo que sí quedó evidente es que con esas sumas de dinero lo que sí logró Dumek, posiblemente, es que los tales indisciplinados beisbolistas, sin importarles “un comino” el equipo de béisbol bolivarense se dedicaran a “levantar el codo” entre competencia y competencia.
Lo que falta ahora es que se llegue a saber que el fino licor que consumieron los beisbolistas “importados” e indisciplinados lo hubieran comprado en alguno de los estancos de los que se dice, es propietario el gobernador y empresario Dumek Turbay.
EL PAGO A LOS VOLUNTARIOS.
Como colaboradores en la realización de cada uno de los eventos deportivos de los Juegos Nacionales existe un grupo de jóvenes que como voluntarios desempeñan tal labor sin remuneración alguna, porque así está contemplado y aceptado por ellos; pero así mismo también está convenido con ellos, con los voluntarios, el reconocimiento o auxilio por los gastos de transporte y refrigerio durante la jornada.
Pero esta, como muchas otras situaciones en la organización de los Juegos Nacionales, no ha escapado a las irregularidades, incomodidades e inconformismo ya que los tales reconocimientos o auxilios por transporte y refrigerio, parecieran que fueran más que un reconocimiento a una labor voluntaria, la mendicidad de un recurso que no se sabe a ciencia cierta de dónde sale, ni como se justifica, teniendo en cuenta que por la entrega de estos dineros ningún recibo o soporte firman dichos voluntarios.
A estos jóvenes voluntarios se les ha visto, de manera inmisericorde, sometidos a hacer fila, a punta de sol, en la Calle de la Moneda, en la sede de gobierno de Dumek, y en los salones del Hotel Still, el que podríamos decir es también la sede alterna de los Juegos Nacionales para la entrega de “dulces” con los que se busca tapar las fallas del evento.