Diáspora, que significa dispersión, es un término que se usa para referirse a las personas que hemos abandonado nuestro lugar de origen y que nos encontramos dispersos en diferentes lugares por el mundo.
Al parecer no se conoce con exactitud el tamaño de la diáspora colombiana. Según la ONU en el 2019 éramos 2´869.032 personas. Otras fuentes estiman 4.7 millones, otras 5.4 millones y otras más de 6 millones.
Después de visitar múltiples sitios web buscando en vano información al respecto (entre ellos Migración Colombia, DANE, Ministerio de Relaciones Exteriores, OIM Colombia) me queda la sensación de que el país dedica mayores esfuerzos por saber de los inmigrantes que de la diáspora.
Por supuesto me parece importante saber lo que pasa con la inmigración. Pero para mí un gestor político con buena visión debería darles mucha importancia a los emigrantes. Y les quiero exponer algunas razones por las que eso se me ocurre:
- Por su volumen, que es equivalente a alrededor del 12% de la población que reside en Colombia. Territorialmente sólo superado en Colombia por Bogotá. En otras palabras, la diáspora equivaldría en volumen de población a la segunda ciudad más grande del país después de su capital.
- Por su proyección de crecimiento. Según las estimaciones oficiales, la diáspora creció en alrededor de un 50% en los últimos 10 años. Y las condiciones del país hacen fácil prever que seguirá creciendo a la misma o mayor velocidad.
- Por lo que representa económicamente para el país. Como Remesas se entienden los dineros que los emigrantes envían a su país de origen, normalmente a sus familiares, con el propósito de solventar sus gastos básicos. Según el Banco mundial, en el 2019 la diáspora colombiana envió al país 7.011 millones de dólares, equivalentes al 2,08% del PIB colombiano.
- Por lo que podrían representar para la innovación y el desarrollo los aportes de los colombianos residentes en el exterior. Ya existen varias iniciativas al respecto.
En contraste con estas razones, a nivel político sólo contamos con un único escaño en la cámara de representantes, cuya gestión es imposible que represente a más de 6 millones de ciudadanos dispersos por el mundo.
Los que migramos no encontramos respaldo para muchas de las dificultades que se nos presentan durante el complejo proceso de migración. Por poner un ejemplo, para validar los estudios realizados en Colombia y poder continuar estudiando o trabajar, necesitamos documentos de diferentes autoridades colombianas, como copias del registro civil de nacimiento, documentos de los estudios cursados, certificaciones de experiencia laboral, etc. La mayoría de las veces se deben autenticar y apostillar. A veces legalizar en las embajadas en Colombia. Y casi siempre traducir al idioma del país donde residimos. A esto agréguele que hay documentos que no tienen un homólogo en Colombia y que se deben surtir mediante declaraciones extrajudiciales y otras maniobras. Y todo esto debemos hacerlo solos y con nuestros familiares en Colombia, a punta de ensayo y error, a costa de reproceso a veces por nuestra falta de conocimiento y a veces por la de las autoridades a las que solicitamos la documentación, desperdiciando tiempo y recursos valiosos para poder empezar a devengar y por lo tanto a enviar dinero a Colombia.
Y el servicio exterior, una de cuyos propósitos es velar por los intereses de los colombianos residentes en otros países, en mi opinión se queda demasiado corto. Me parece que no tiene ni la estructura, ni las competencias, ni las funciones suficientes para resolver la mayoría de las situaciones que a diario enfrentamos los millones de colombianos que optamos por hacer nuestra vida en otro país.
Para mencionar sólo un aspecto diré que me parece lamentable que se elijan a dedo los representantes del servicio exterior sin considerar su conocimiento del entorno, de la cultura o al menos del idioma del lugar a donde van a ejercer sus funciones. La consecuencia es que los despachos del servicio exterior se limitan a las tareas intramurales sin ninguna proyección hacia el entorno que desconocen, convirtiéndose en costosas notarías.
Mi propuesta es algo así como la creación o adaptación de un órgano gubernamental que facilite la emigración. Hasta me atrevería a decir, que la gestione, permitiéndome considerar la mano de obra calificada y la no calificada de Colombia como un producto de exportación, cuyo trabajo en el exterior acrecentará el volumen de las remesas hacia Colombia y será una fuente muy interesante de desarrollo tecnológico y científico para el país.
Esa entidad debería tener la autonomía política necesaria para esa labor, se me ocurre un instituto descentralizado. Entre otras cosas podría servir como:
- Puente de comunicación entre la representación de la diáspora y la diáspora misma.
- Gestionaría el registro consular para que por fin tenga una utilidad,
- Por medio del contacto directo con los emigrantes generaría el conocimiento necesario para la toma correcta de decisiones políticas sobre la emigración,
- Se encargaría de gestionar la elección de los representantes del servicio exterior (por lo menos los cónsules) por y entre las personas que residan en el área de cobertura del correspondiente despacho,
- Orientaría a quienes tengan proyectado emigrar para facilitar su rápida integración a la vida productiva en el país de destino.
- Canalizaría los trámites y la gestión ágil de toda la documentación que requieran los emigrantes para formarse o para trabajar en el exterior. Desde realizar el trámite directamente ante la autoridad correspondiente para lo cual debería contar con prioridad de respuesta, autenticar, legalizar y apostillar, legalizar en las respectivas embajadas en Colombia, gestionar la traducción oficial y certificada de los documentos, etc.
- Canalizaría todos los aportes de los emigrantes para la innovación y el desarrollo del país.
¿Y cómo se financiaría todo esto? Una de las necesidades muy frecuentes de los emigrantes es el servicio de envío de las remesas a Colombia. En los grupos de redes sociales de nacionales en Alemania es un tema casi diario: ¿Qué empresa de money transfer tiene mejor tasa de cambio y/o cobra menor comisión hoy? Hasta hay sitios web dedicados a hacer diariamente las comparaciones, pues cambian permanentemente.
Las empresas de money transfer son empresas con ánimo de lucro, compiten con la tasa de cambio, el valor de la comisión y la rapidez y seguridad del envío y ganan mucho dinero pagando el cambio a una tasa inferior a la que reciben y cobrando costosas comisiones.
Si esa entidad que propongo se encargara de canalizar las remesas hacia Colombia, por supuesto no obligatoriamente y para ello debe competir con las otras, con la ventaja de no tener inversores exigiendo cuantiosos dividendos, podría realizar ese servicio de transferencia de dinero desde cualquier parte del mundo a cualquier banco o lugar de retiro en Colombia con una tasa de cambio y una comisión justas.
El resultado sería un incremento automático de las remesas en un 15 o 20% sin que a los emigrantes nos cueste más (reduciendo la comisión y mejorando la tasa de cambio) y se obtendría vía comisiones la financiación más que suficiente para el funcionamiento de esa entidad. Ideas que se me ocurren mirando la nieve caer.
JORGE ELIÉCER DUQUE MARTÍNEZ
Médico cirujano de la Universidad del Valle (Cali, Colombia, 1993), con 27 años de experiencia. Máster en infección por VIH por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (Madrid, España, 2015); Máster en Dirección y Administración de Empresas modalidad Executive por el Centro Universitario Villanueva de Madrid (Madrid, España, 2009); con estudios de especialización en Gerencia en Salud y en Seguridad Social en la Escuela de Medicina Juan N Corpas (Bogotá, Colombia, 1999). Actualmente reside en Frankfurt, Alemania.