La ciencia y nuevas maneras de proceder florecen durante guerras o inmediatamente después de ellas, no podría ser diferente con las pandemias. Estoy convencido, no por una fe ciega, al contrario por una eterna disposición para dudar de todo, que las vacunas, aun la peor disponible, producirá un respiro a la humanidad.
Impulsado por esa fe, me atreví a lanzar la idea del Muro Biológico en esta columna: “Amazonas sin Oxígeno”, y espero no molestar a persona alguna por una posible soberbia; cuando nadie se había pronunciado sobre tal mecanismo de protección; no sólo para los amazonenses, como me gusta llamarlos: los BraCoPenenses, si no para toda Colombia ante la aparición de la famosa variante Brasilera.
Con ese aire que nos dará la vacunación, como un ventilador mecánico universal, mientras nos acomodamos a la realidad, debemos replantear mucho de lo que hacemos: el sistema de salud, la producción de medicamentos y no olvidemos las ambulancias, con sus sirenas, que como Ulises modernos tendremos que escuchar amarrados al mástil de la verdad para no dejarnos ahogar.
Abarcar todo el modelo de salud colombiano es abrumador, pero si observamos las dificultades sufridas por los pacientes ante las EPS, la vigilancia epidemiológica, el monitoreo de personas de riesgos; difícil práctica, por la estructura de salud. Es necesario un sistema cimentado en el agente sanitario, al cual debe asignarse área geográfica y población definida, por la que pueda responder, todo el sistema, en sus aciertos y dificultades.
Concreto: Por cada 2.000 personas un promotor o agente de salud en área geográfica determinada, quien de forma metódica atenderá esa población y el salario base estará acrecentado por el incremento del bienestar en su zona.
Como ejemplo, muchos abuelos fallecieron o se complicaron, en sus casas, por varias razones. La primera, visitas virtuales sin que ellos pudiesen acceder a Internet, por desconocimiento o por conectividad. Dos, ese “quédate en casa” ocasionó no reclamar sus medicamentos antihipertensivos, diabetes, angina y siga contando.
Además, cómo estimular, por ejemplo, el ejercicio físico sin una área geográfica donde puedas identificar, incentivar y organizar veladas deportivas o talleres literarios para prevenir demencias seniles o hipertensión arterial. ¿Las EPS lo harán?. Cuando una cuadra está salpicado de 3 a 4 EPS.
La puerta de entrada al sistema sanitario no puede ser la consulta médica o por otros profesionales, debido a quebrantos de salud, ya que representa, en buena medida, el fracaso de las acciones fundamentales en salud, la prevención. La verdadera puerta de entrada al sistema es el barrio, la cuadra o la comunidad del área rural, por intermedio de una relación de conocidos y promotor de salud. Es difícil detalles en 888 palabras, es un abre bocas. Repotenciar una salud casa a casa y la figura del promotor en equivalencia al de un agente de policía. Necesario es pensar en la forma de producir medicamentos.
La pandemia demostró que esta ley de los economistas no es real y que el egoísmo, base sobre la cual Adam Smith escribió “la Riqueza de las Naciones”, sigue vigente en la humanidad. Clásico es clásico.
El país donde trabajo, asesorado por esa camada de seudohijos de Adam Smith, se le ocurrió economizar, decidió no producir y comprar la cloroquina, para la malaria, en Asia; Brasil hacerla, costosa. En el auge, por Covid-19, de la cloroquina; se quedaron sin pan y queso, sin poder comprar y sin producirla. Aunque hoy sabemos, no era la panacea tal medicamento.
Un amigo médico, importó 4 ventiladores desde Islandia, al arribar a Miami fueron decomisados; eran elementos esenciales para los norteamericanos, no importando que su fabricación fuese en otro país. Igual historia con barbijos, guantes y jeringas. Adam Smith, en esencia maquiavélica.
Latinoamérica, tendrá que crear acuerdos de producción regional esencial. Separados, aún el grandulón de Brasil, no conseguirá igualar las condiciones de mercado. Puntual, zonas latinoamericanas que generen producción de equipos médicos, medicamentos esenciales y, no sólo en medicina, equipos agropecuarios, semillas, imaginen una crisis de alimentos por cambios climáticos… ,¿los Norteamericanos nos van a mandar harina?
Cada país con sus institutos de enfermedades infecciosas y vacunas, atomizando recursos y engordando egos de sus científicos por sacar pecho en conferencias internacionales: “Científico colombiano descubre no se qué cosa, Universidad Brasilera inventa método de verificación de vacunas”, ni que hablar de argentinos, chilenos, y sigan contando. No hay forma de, por lo menos, equipararnos, a la ciencia de avanzada, si seguimos cada país con su instituto de egos patrioteros, de ciencia farandulera y atrasada. Seguiremos siendo repetidores de conocimientos: Loros científicos.
El servicio de ambulancias, terrestres, acuática y aéreas debe ser replanteado, ambulancias que dependen de hospitales o clínicas quebradas, sin una estructura propia. ¿Quien recoge a un paciente en el río?¿quien direcciona y coordina las ambulancias aéreas y terrestres?. EL CRUE, centro regulador de urgencias y emergencias de los entes territoriales, ¿da cuenta del recado? Adaptemos un sistema único de ambulancias. Desprendido de Hospitales, clínicas e IPS.
En otra oportunidad será la investigación médica, por que las sirenas están cantando y antes de cruzar el “Mar de Pandemias”, alguien debe amarrarse al mástil del barco.