La senadora Sandra Ramírez, miembro del Partido Comunes y excombatiente de las supuestas extintas FARC, se encuentra nuevamente en el centro de la controversia debido a una serie de denuncias y señalamientos en su contra. Recientemente, la Corte Suprema de Justicia inició una investigación preliminar por presuntas amenazas dirigidas a Sara Enit Morales, vocera de la corporación Rosa Blanca Colombia, organización que representa a mujeres reclutadas y abusadas sexualmente durante el conflicto armado.
La denuncia, presentada en diciembre de 2024, alega que Ramírez habría intimidado a Morales en noviembre del mismo año, tras las declaraciones de esta última ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sobre el reclutamiento forzado y abusos sexuales cometidos por miembros de las FARC.
Esta no es la primera vez que la senadora Ramírez enfrenta acusaciones públicas. En octubre de 2022, Lorena Murcia, líder de víctimas de las FARC, denunció una supuesta persecución judicial por parte de Ramírez, luego de que esta la señalara por injuria y calumnia tras comentarios críticos en redes sociales y en un debate en el Congreso. Murcia afirmó que la denuncia en su contra era un intento de silenciar las voces de las víctimas y calificó la acción como una persecución judicial.
Además, en diciembre de 2024, Ariel Ricardo Armel, administrador de empresas y ganadero, acusó públicamente a la senadora Ramírez de «perfilamiento» tras criticar su rol como exintegrante de las FARC y su actual participación en el Congreso. Armel recibió una solicitud de rectificación por parte de Ramírez después de haberla señalado en redes sociales como «criminal» y «asesina», cuestionando el acuerdo de paz firmado durante el gobierno de Juan Manuel Santos. Armel consideró esta acción como un intento de coartar su libertad de expresión y manifestó su negativa a retractarse.
En noviembre de 2022, durante un debate televisivo sobre los resultados de los acuerdos de paz, la senadora Ramírez fue objeto de críticas por parte del concejal del Centro Democrático, Humberto Amín. Amín recordó que las FARC fueron responsables de actos violentos, a lo que Ramírez reaccionó con una sonrisa, generando polémica y cuestionamientos sobre su actitud frente a las acusaciones.
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Por otro lado, en diciembre de 2021, Ramírez, junto con otros exjefes de las FARC, denunció haber sido víctima de intentos de entrampamiento. Afirmaron haber sido contactados por supuestos funcionarios de la Embajada de Colombia en Washington, quienes les ofrecieron información confidencial a cambio de dinero, en un aparente intento de involucrarlos en actividades ilícitas y desprestigiar su participación en el proceso de paz.
Más recientemente, en octubre de 2024, la senadora Ramírez emprendió acciones legales contra la periodista Diana Saray Giraldo y Caracol Radio, alegando hostigamiento y persecución mediática. Este caso subraya las tensiones entre figuras públicas y medios de comunicación en el contexto del postconflicto colombiano.
Estas situaciones evidencian la complejidad del proceso de reconciliación en Colombia y la necesidad de abordar las denuncias con seriedad y respeto. Es esencial que las instituciones judiciales realicen investigaciones exhaustivas y transparentes para garantizar la verdad y la justicia, fundamentales para la construcción de una paz duradera.