En diferentes estamentos de nuestra sociedad se ha convertido ya en una costumbre llevar las diferentes controversias o decisiones principalmente donde se convoca a la ciudadanía para que se pronuncien sobre aspectos fundamentales para una mejor convivencia a puntos donde siempre se busca determinar quién o quienes fueron ganadores y quien o quienes fueron perdedores, sin escapar dentro de esa tendencia buscar culpables de acuerdo a los resultados.
Esa tendencia a siempre vernos como rivales donde al final alguien salga vencedor, nos limita nuestra capacidad para hacer de la construcción colectiva un propósito donde veamos siempre de manera respetuosa las diferentes opciones u opiniones que se presentan ante una situación y de acuerdo a ello, poder construir colectivamente lo que vaya en beneficio y se refleje como un imperativo de que el bien general siempre esté sobre el particular.
Es imperativo para construir un mejor país que los diferentes actores estratégicos puedan observar, analizar y comprender las diferentes posiciones que se plantean desde la orilla opuesta a donde nos encontramos y, de manera civilizada poder debatir y llegar a acuerdos donde nadie se considere vencedor ni perdedor, solo así podemos llegar a soluciones duraderas y generar confianza entre contradictores.
Podemos traer a colación lo ocurrido con la última cita a las urnas, sobre la consulta anticorrupción, donde conocidos los resultados, fueron muchos los medios que comenzaron a señalar con cierta morbosidad quienes habían sido los ganadores y cuales los perdedores, perdiendo el norte sobre lo esencial que era el pronunciamiento de los ciudadanos y el rechazo significativo que se le dio a prácticas que en el fondo afectan a toda la ciudadanía, como es el de acudir a mecanismos para que los dineros del erario vayan a bolsillos particulares.
¿Es que acaso cuando los pillos se apropian de los recursos públicos afectan solamente a quienes promovieron el No votar ó beneficia a quienes dijeron Si a las preguntas del tarjetón. En el fondo lo planteado en la consulta favorece a toda la ciudadanía, cualquiera que sea su posición política y su decisión ante el llamado a las urnas.
Otra posición que ha venido haciendo carrera en nuestro medio, cuando no dan los resultados esperados es hacer señalamientos, casi siempre de manera generalizada, para justificar fallas o errores cometidos.
Indudablemente cuando no se logra un objetivo es pertinente y necesario analizar de manera serena las causas o motivos que generaron el no lograr los resultados esperados y a partir de allí corregir para que a futuro no se vuelva a cometer los errores que pudieron incidir en no llegar a la meta esperada, pero de ahí a buscar culpables en terceras personas, o en conductas conocidas que no se logran neutralizar, es no aceptar que se falló ó faltó trabajo y pedagogía para mostrar las bondades y beneficio colectivo de las propuestas que se formulaban.
Si queremos construir en beneficio de toda la comunidad, debemos comenzar por construir colectivamente, sin egoísmos, ni personalismos, haciéndonos las autocriticas a que haya lugar y corrigiendo nuestros errores en lugar de buscar justificaciones con terceros.