La muerte es un proceso del existir humano donde el acompañamiento familiar hace parte de los cuidados al final de la vida y es el momento donde los individuos dan ese último suspiro de relación social que acompañaran para siempre el adiós de un difunto; vivimos un momento único en la historia de la humanidad que ha afectado no solo la salud física sino el bienestar mental de nuestra población.
La mejor forma de entender lo que significa morir de Covid-19 es sentir el sufrimiento de una madre al ver a través de una ventana de vidrio el cadáver de su hijo al que no le pudo decir cuanto lo amaba o dar un abrazo en su lecho de muerte.
Uno de los tantos casos que como médico del servicio de urgencias Covid-19 tuve que presenciar fue el de *Yisela, quien por protocolo fue remitida desde su tierra natal hacia un mayor nivel de complejidad dado su estado crítico y el riesgo de descompensación. Al ingresar y antes de ser llevada a ventilación mecánica invasiva me comentaba que tenía dos hijas que eran su vida y por las cuales quería seguir luchando pero que se sentía cansada y no aguantaba más para poder respirar.
Al colocar dosis de sedante y ver como poco a poco se fundía en un sueño profundo pensaba lo lábil que es la vida y como en un momento podemos dejar atrás todo aquello que nos ata y nos lleva a pensar que nuestra vida será larga y sin contratiempos. Esa hermosa mujer de tez negra y ojos saltones fue una de mis pacientes a quien traslade a la unidad de cuidados intensivos y que por muchos días lucho contra una enfermedad que no le permitió volver a abrir los ojos y abrazar nuevamente a sus hijas.
Durante los días que estuvo en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), conversé con fu familia y podía notar en sus palabras el amor, la tristeza y la angustia de tener lejos al eje de su hogar. Quizá como me dijo su esposo era mejor verla morir en su casa que regresarle en una caja de madera luego de ser cremada.
Teniendo en cuenta la situación actual relacionada con la pandemia, que genera día a día una saturación de los servicios médicos hay un cambio en la perspectiva de la salud, la vida y la muerte y es de vital importancia la transición entre el enfermo que ingresa a unidad de alta dependencia y el duelo de sus familias en caso de un fallecimiento.
El personal sanitario debe estar entrenado no solo para realizar de forma académica su mejor esfuerzo en el proceso de salud – enfermedad, sino también para entender el impacto que esto genera dentro de las relaciones sociales de nuestros pacientes; es así como como dar una evolución médica, un pronóstico o retiro del soporte fatal pone a prueba el tacto que se debe tener a la hora de entregar un veredicto médico.
No existen protocolos dado la evolución acelerada de esta pandemia, pero acompañar al enfermo en la soledad de una cama es un reto para el equipo médico que se convierte en el último eslabón en romperse a la hora de finalizar la cadena de la vida; algo así decía *Yisela debido a que su temor no solo era morir, sino terminar sus últimos días en un ambiente frio, hostil y alejado del eje de las relaciones humanas “la familia”.
*nombre ficticio según protocolo de protección de identidad.