Cuando Dios esparció sal, azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra como castigo por su degeneración (según se escribe), no pensó en los niños, pero si ordenó perdonar a LOT y desahuciarlo junto a su familia por desobedientes. No contentos con esto, los ángeles enviados convirtieron a la mujer de Lot en estatua de sal por incumplir la orden de no mirar hacia atrás. ¡Vaya justicia mitológica tan rara! La mujer quería ver por última vez, a su adorada Sodoma, que quedó devastada. Cualquiera hubiera hecho lo mismo.
¿No debieron convertir dichos ángeles, mejor a Lot? Una madre, jamás ofrecería la virginidad de sus hijas, como quien ofrece patatas. No lo pasarían bien las muchachitas. Eran muy jóvenes.
“Aquí tengo dos hijas que no han conocido varón. Permitidme entregarlas a vosotros y haced con ellas como mejor os parezca”.
¡Que bondadoso! Pero, los sodomitas preferían a los ángeles. Sus hijas furiosas, emborracharon a su padre y terminaron preñadas. (Incesto en toda regla). Estas demostraciones subliminales solo captadas por inteligentes, me obligan a pensar, que no entendieron lo del castigo divino (estaban fuera de Sodoma), que no lo hubo, que el desarrollo mental de Lot era el de un pendejo, o que aquel degenerado, también le gustaba la juerga.
Es evidente, que se les fue la mano con la mujer de Lot. Aún está en el monte Sodoma toda recubierta la pobre, soportando plagas, pestes, y hasta la dichosa pandemia que nos mantiene encerrados (misoginia imposible de ocultar). Mientras, muchos estamos refugiados comiendo, haciendo ejercicio, fortaleciendo nuestro criterio y aprendiendo a compartir y convivir hasta con quien nos cae fatal. ¡Y nos quejamos!
Es difícil comprender estas manifestaciones ejemplares de justicia achacadas a Dios. Seguro que la naturaleza tuvo que ver en este asunto. ¿Un meteorito quizá, o, algún otro proceso natural causado o no por los sodomitas?.
Los entendidos, culparon a Dios, para causar impacto. Este, hubiera ejercido su poder de otra forma hacia sus hijos. Concedido el libre albedrío, el sexo era permitido. Por tanto, un castigo de esa naturaleza, no tiene sentido, el verbo fácil y mágico del creador, hubiera bastado para recordarles la obediencia y aplacar su lujuria, si es que dentro de lo permitido no estaba la homosexualidad.
¿Y si estos ángeles se fueron de parranda, se emborracharon, se dejaron violar, les gustó y perdieron el juicio?. No hubiera costado esfuerzo alguno hacer bien lo mandado y largarse a seguir cumpliendo con su deber. ¿No disque eran Asexuales? Mi confusión es grande. ¿Podría ser que por aquellas cosas, la libido despertara?
Es posible que dichos ángeles en medio de su lógica turbación, dejaran una brecha de buen tamaño por donde se aventaron “pecadotes” que expandidos por el mundo, siguen viviendo cómodos en él. Acostumbrados al valle de Sidim descrito como un lugar paradisíaco, fueron cautivados por la naturaleza que los embriagó con sus esencias escapadas de las flores. (“pecadotes” de buen gusto). De lo contrario, lo de Lot no hubiera sucedido y el mundo actual no estaría lleno de tanta soberbia, pereza, corrupción, deshumanización y desigualdad.
La semejanza existente con el presente es grande. En ese tiempo, se enfocaban más en el sentido moral de la humanidad, que en lo sexual, ya permitido.