Durante las primeras semanas de vivir en Alemania me programaba, tal como lo hacía en Colombia, para hacer mercado los domingos. Y me sucedía que, al momento de salir, me recordaban que en Alemania los domingos los supermercados están cerrados.
Y la gran mayoría de los negocios en general también. Los domingos en Alemania se respetan como días libres de trabajo. Son días muy silenciosos y tranquilos, poca gente en las calles, pocos autos.
Esta semana se cumplieron 1700 años desde que el Káiser Constantino “El Grande” estableció el descanso dominical en Alemania. «Todos los jueces y el pueblo en las ciudades, así como la práctica de las artes y los oficios deben descansar el día del sol”, dispuso el edicto dominical emitido el 3 de marzo del año 321 (en alemán domingo se dice Sonntag, que significa «día del sol”).
El edicto dominical ha sido reemplazado por nuevas normas. La Ladenschlussgesetz (Ley de cierre de tiendas) ordena el cierre de la mayoría de los comercios en Alemania los domingos, medida que rige durante todo el día. Por otro lado, la Corte Constitucional de Alemania falló en 2009 que para establecer excepciones a la pausa dominical se necesita suficiente y sólida fundamentación.
No obstante, según el semanario Der Spiegel (El Espejo), se estima que actualmente uno de cada cuatro trabajadores en Alemania trabaja los domingos de manera regular. Plantean el interrogante acerca de si, después de 1700 años, está en riesgo en Alemania el descanso dominical.
Por un lado, la industria pide desde hace años la apertura total de la actividad económica y comercial en Alemania, sin excepciones. El presidente de la Asociación de Comerciantes de Alemania, Josef Sanktjohanser, propone que las comunas puedan decidir autónomamente si los comercios locales abren o se mantienen cerrados. El sector comercial busca un acuerdo con sindicatos y empleadores, pero no descarta promover una controversia constitucional en caso de que dicho diálogo fracase.
Por otro lado, representantes de la política, la cultura, los sindicatos y las iglesias promovieron la formación de una «Alianza por el Domingo Libre”. El obispo regional de Baviera y presidente de la Iglesia Evangélica en Alemania (EKD), Heinrich Bedford-Strohm, plantea: “La sociedad necesita el domingo. El día es importante para que las personas recarguen energías y la esperanza, y busquen orientación. Necesitamos un día a la semana en el que pare el trabajo y tengamos tiempo suficiente».
Por su parte, el abogado y columnista Heribert Prantl, plantea que el valor del domingo como día de descanso es digno de protección más que nunca en tiempos de home office y creciente comercialización: “Hay un derecho básico al descanso dominical, y este derecho es bueno para la sociedad. El domingo es domingo porque es diferente de otros días. Y es bueno que exista». Prantl critica la creciente comercialización del entorno de vida, evidente en la intención de abrir tiendas los domingos y la abolición de los días festivos.