Cuando no se pertenece a un sector político se puede opinar con serenidad y cordura. Como liberales podemos expresar que las expectativas por cuenta de la posesión el pasado 7 de Agosto del presidente Petro, dio para todo, los coequiperos sacaron pecho, los incrédulos dudan “porque si y porque no” y los contrarios, cargaron sus baterías para criticar y criticar por el solo hecho de no compartir las nuevas políticas de Gobierno o por ser especialistas en oponerse con fines oscuros a favor de determinada causa.
Para hacerse sentir se apropian de lenguajes que son comunes, tautologías, locuciones y proverbios, que han sido utilizados en la historia para denigrar o ensuciar la imagen de alguien, convirtiendo la tautología, es decir una verdad, en falsedades inventadas “…la hija del senador es una facinerosa…” cuando lo real es: “…la hija del senador es una emprendedora…” , o “…el esposo de la fulana de tal en un caballero ejemplar…” cuando lo real es “…el esposo de la fulana de tal en un ejemplar corrupto y traficante…”
Pero también los hay especialistas en locuciones, cuando a pesar de la dudas vocifera sin tener el carácter de sostener o sustentar lo que dice, “…el hombre solo repite el chisme de lo que le dicen…” “…critica solo por criticar…” “…le lleva la contraria a todo…” “…tal vez…” “…al parecer dice la verdad…” “…es posible que tenga razón…” “…no sé…eso me dijeron…” “…me preguntaron y no sabía que inventar…”
Aun cuando no les guste a muchos, cuando al Presidente le resaltan su paso por la guerrilla a más de otros epítetos propio de los que no aceptan el cambio, éste nos entregó un discurso diáfano, conciliador y sin rencores, discurso que no les gustó a sus detractores, normalmente provenientes de los que han ostentado el poder político y económico y de familiares de personajes sub júdice inmersos en el nepotismo que tienen o han tenido problemas con la justicia por pertenecer a grupos al margen de la ley o en su defecto condenados por corrupción.
Los 10 mandatos con los que Petro se comprometió para su gobierno están a la palestra para su discusión. Lo que no entendemos es como casi todos los partidos tradicionales, incluyendo al Centro Democrático, apoyan de una u otra manera la mayoría de los proyectos, incluso piden sean discutidos para quitar o anexar normas que sirvan para el crecimiento económico y la conciliación para intentar unir el país, pero desafortunadamente la tozudez da para que los susodichos no deseen el cambio
Todos los gobiernos han efectuado reformas tributarias, lo correcto es, antes de opinar y “…no sé…eso me dijeron…”, mirar cuales serían las cargas impositivas, a que sectores y hacia donde se dirigen esos impuestos. ¿A la guerra? ¿Al campo? ¿Al desarrollo del país? ¿A la educación y la salud?, ¿A mejor nuestro nivel de vida?
Los que hoy critican, sin conocer los temas a reformar, no lo hicieron en los últimos tres gobiernos, pero al actual hay que dejarlo trabajar y ojalá, verdaderamente pudiésemos vivir sabroso como los corruptos que se han robado al país, y guardan los dineros mal habidos en paraísos fiscales, pasaron de estrato uno a siete, están en Panamá Peiper, o han pagado tres años de prisión en guarniciones militares o en calle o casa por cárcel y tienen a sus familiar ostentando el poder. Ellos si viven sabroso…y no quieren que el pueblo viva sabroso, sabroso criticar por criticar.
Recordemos la Europa contemporánea, después de la revolución francesa cuando se separaron los asuntos atinentes a la religión con los del Estado, por la sencilla razón que dichos léxicos los predicaban sus acólitos pero no los cumplían, aplaudían un gobierno fascista o totalitario pero despreciaban uno demócrata y pluralista, todo por simples conveniencias políticas, sociales y económicas y de allí quedaron proverbios que hoy están de moda, “…dar al César lo que es del César y a Dios lo que es Dios…” “No juzguéis según las apariencias sino juzgad con justo juicio.” Y el mejor de todos, “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera a la verdad se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.”
Causa extrañeza que los diez postulados señalados a cumplir por el presidente Petro tengan el beneplácito de La Casa Blanca y su presidente Biden y no así de un pequeño sector de colombianos, 1. Trabajar por la paz; 2. Cuidar a los abuelos, niños y personas con discapacidad; 3. Gobernar con y por las mujeres; 4. Dialogar con todos y todas; 5. Escuchar a los colombianos; 6. Defender a los colombianos de las violencias; 7. Luchar contra la corrupción; 8. Proteger la biodiversidad de Colombia; 9. Desarrollar la industria nacional, la economía popular y el campo colombiano y 10. Hacer cumplir la Constitución.
El asesor especial para América Latina Juan González, expresó: “…las relaciones del país norteamericano con el actual Gobierno de Colombia iniciaron con las mejores voluntades. Si un Gobierno es elegido democráticamente, hallarían los puntos en común para avanzar en y sostener las mejores relaciones”, y terminó con algo inusual en expresiones de un país llamado imperialista “Hace 40 años Estados Unidos hubiera hecho todo lo posible para prevenir la elección de Gustavo Petro y ya después de elegido hubiera hecho todo lo posible por sabotearlo”
Los críticos de patio y de ultranza, deberían, por respeto a lo nuevo, dejar que el Gobierno ponga en la mesa todas las reformas, se discutan y se aprueben las mejoras a fin de que el pueblo colombiano pueda “vivir sabroso”
«Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo – Mahatma Gandhi.