Quiero referirme a un nuevo tema internacional ~POLICRISIS~, es decir las múltiples crisis que se presentan de manera simultánea y se entrelazan generando derivados críticos que pueden superar nuestra capacidad de afrontarlas. Anota el profesor Adam Tooze, 2022, “Este es un concepto que se viene utilizando de forma creciente en los análisis de la situación actual y las perspectivas globales. la policrisis no es solo la coincidencia de múltiples hechos, que en sí mismos son crisis o pueden llevar a ellas, sino que se interrelacionan y se retroalimentan haciendo más compleja la situación resultante”.
El concepto de policrisis fue definido por Edgar Morín, en su libro Tierra-Patria, 2006. Según este autor, una crisis permite concentrar la atención sobre el problema generador y adoptar medidas para contrarrestarla; pero en una policrisis es muy complejo hacerlo por la interrelación que hay entre las diferentes crisis que coinciden: “En realidad, hay inter-retro-acciones entre los diferentes problemas, las diferentes crisis, las diferentes amenazas. Esto sucede con los problemas de salud, demografía, medio ambiente, estilo de vida, civilización, desarrollo”. (Tomado de columna de Hernán Avendaño Cruz Director de Estudios Económicos de Fasecolda-Colombia). De ahí la aseveración de Tooze (2022b): “Un problema se convierte en crisis cuando desafía nuestra capacidad de afrontarlo y, por lo tanto, amenaza nuestra identidad. En la policrisis los choques son dispares, pero interactúan de manera que el todo es aún más abrumador que la suma de las partes”.
Recientemente, el término fue retomado por Jean-Claude Juncker para describir la situación europea hacia 2014-2015, cuando coincidieron la crisis de la deuda soberana de Grecia y otros países, el ataque ruso a Georgia, el Brexit, la crisis de los refugiados, el populismo de Trump. Igualmente, las crisis generadas por las pestes de Hong Kong, China y Tawian, como a su vez las crisis financieras de las bolsas de valores en los años 2019-2021 y también se puede identificar como policrisis el periodo de la crisis económica mundial generada entre China y EEUU, proveniente de 2008. Lo cual colige que la policrisis no es nueva en el mundo.
Anota el trabajo de Avendaño, 2022; Tooze (2021) llama la atención sobre un aspecto importante asociado a las policrisis, pues “el término refleja con exactitud la coincidencia en el tiempo de diferentes crisis, pero no nos dice mucho sobre cómo interactúan entre sí”. Para ilustrar ese punto, se remite a la experiencia china cuando Xi Jinping pidió a los líderes del Partido Comunista Chino anticipar los riesgos de cisnes negros y rinocerontes grises.
El informe presentado por Chen Yixin sobre el tema le sirvió a Tooze (2021; p. 13 y 14) para ilustrar cómo se pueden desarrollar las policrisis. El informe propone seis “efectos” que deben ser de especial atención de los funcionarios de seguridad chinos: reflujo (riesgos importados desde fuera de la frontera); convergencia (amenazas distintas que convergen en una sola); estratificación (superposición de peticiones de grupos de interés que originan problemas sociales estratificados); vinculación (creciente movilidad de las categorías de riesgo y fortalecimiento de la vinculación entre ellas); lupa (internet como conductor y amplificador de todo tipo de riesgos); e inducción (problemas desencadenados en una región pueden ser imitados en otras).
Tooze resalta, “hoy en día no es posible imaginar un riesgo o una crisis como un hecho aislado y que, por lo tanto, tenga una solución única; por el contrario, la policrisis evidencia que son múltiples las causas y más difíciles las soluciones. El estudio de las policrisis anteriores puede dar luces sobre las salidas a las nuevas, pero, en general, las soluciones plantean un reto de creatividad a los líderes y la necesidad de abordar los problemas desde la multidisciplinariedad”.
En ese sentido, Medina Uribe (2023) en columna del periódico El Colombiano, haciendo mención del Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial, indica: “Policrisis es la palabra utilizada para describir un escenario en el que confluyen y se entrelazan crisis ambientales, económicas y geopolíticas. Es la conjunción de fenómenos negativos interconectados como crisis climática y pandemia; inflación y depresión; guerras y divisiones internacionales”. Ello presume generar un riesgo global, entendido según el informe como la probabilidad de “eventos o condiciones que de ocurrir impactarían negativamente de manera significativa al PIB mundial, la población o los recursos”. Es un escenario lamentable desde el punto del desarrollo humano y una frustración para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
Según los expertos, los principales riesgos provienen de la deficiente acción contra el cambio climático, la recuperación volátil y desigual en la etapa postpandemia, erradas políticas sociales y ambientales e insuficiente control de los desarrollos cibernéticos.
Teóricos y estudiosos de este tema han definido cuatro grandes crisis que tienen a la población en un estado de asombro e inestabilidad progresiva:
- Cambio Climático. Crisis climática que alcanzó su nivel más alarmante el pasado julio, estamos en “la era del calentamiento global, la era de la ebullición global”. La solución está en el G20 que tiene la llave para reducir los gases de efecto invernadero. El 80% de las emisiones de estos gases provienen de 10 países. En los próximos meses se celebrarán dos reuniones internacionales importantes: la Cumbre Africana de Acción Climática y, en noviembre, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28) en Dubái. Se espera responsabilidad de los gobiernos, empresas, instituciones financieras y comunidades.
- Guerra en Ucrania. La invasión de Rusia a Ucrania, ha convertido en una tragedia de más de 500 días, afectando el entorno geopolítico, el suministro de materias primas a países dependientes de sus exportaciones, incremento inflacionario, debilidades en las redes de comunicación, emergencias en plantas de energía, e impacto de la guerra en vidas humanas. No hay perspectivas de paz, pero si un fortalecimiento de alianzas de países o bloques guerreristas, por un lado-China, Corea del Norte e Irán con Rusia y por otro-Europa Occidental, Canadá y Estados Unidos con Ucrania.
- Competencia bipolar EU-China. Los conflictos entre China y Estados Unidos se han agudizado, por el mercado, la economía de occidente y por la intervención comercial en países circundantes a Rusia. Igualmente, por las pruebas nucleares y por el dominio de los entornos ambientales. Stephen Roach, experto en China, indica que: “China es ahora un retador legítimo de la potencia hegemónica en el poder: la resolución de los conflictos necesita mucho más que un Nixon moderno yendo a China”.
- Abismos en el Estado de derecho. Los países en desarrollo no han logrado articular un Estado de derecho para transformarse a sí mismos, a diferencia de los países desarrollados que con diferencias sí lo han logrado. Dice Elizabeth Andersen, directora Ejecutiva del Proyecto de Justicia Mundial (WLP): “En el fondo el Estado de derecho se trata de equidad, es decir de rendición de cuentas, igualdad de derechos y justicia para todos. Y un mundo menos equitativo está destinado a ser un mundo más inestable”.
De otro lado y articulado a la policrisis, como también frente al principio de repensar el desarrollo económico sostenible desde esta perspectiva, se hace menester resaltar líneas o focos de intervención en el territorio definidas en el marco de los ODS y que hoy aplican sustancialmente en Colombia.
Estas líneas se trabajan desde los órganos colegiados para el desarrollo de la ciencia como son los OCAD y autoridades en Colombia como Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y las gobernaciones departamentales. Son estos a saber:
- Agua potable y saneamiento básico.
- Compra, acceso, ordenamiento, regularización y uso productivo del suelo rural y urbano.
- Ciencia, tecnología e innovación para la transformación productiva y la resolución de desafíos sociales, económicos y ambientales del país; y la construcción de una sociedad del conocimiento.
- Conservación de la biodiversidad y restauración de los ecosistemas para la resiliencia climática.
- Reindustrialización, transformación productiva sostenible, economía circular, internacionalización, inclusión financiera e impulso a la economía popular, comunitaria, y solidaria; desescalando el modelo extractivista.
- Inclusión productiva y financiera de pequeños y medianos productores rurales; y promoción de la agroindustria sostenible, y de la agricultura y ganadería regenerativa.
- Transición energética justa, democratización de la generación y el consumo energético, impulso a las energías limpias (hidrógeno verde, eólica, solar, entre otras) y minerales estratégicos.
Las policrisis hoy se suscitan en gran medida, por el incumplimiento a la dinámica exigida por el desarrollo sostenible, en especial por la inestabilidad generada en el avance de los focos anteriormente citados, entre otros aspectos.
Conforme a lo anterior, si bien han hecho esfuerzos reconocibles y valorables, el panorama originado por la policrisis, es desolador, y lo indica el Informe de Riesgos Globales, 2023:
“Los efectos previsibles para los próximos 10 años son: crisis del costo de vida visto como el riesgo global más grave para los próximos dos años; ampliación de las brechas socioeconómicas e incremento de la desigualdad y el resentimiento social; escasez de recursos naturales y crisis alimentaria; erosión de la cohesión social y disturbios generalizados e incremento de las migraciones; inflación y crisis en el pago de la deuda; deterioro de la salud mental e incremento de las brechas educativas y de habilidades; aumento de los niveles de inseguridad; enfrentamientos geopolíticos y la sombra de guerra nuclear”.
Pero a su vez en el orden regional las crisis sobrevienen del narcotráfico, violencia intrafamiliar creciente, pésima educación frente al conflicto, maltrato al adulto mayor, bajo fomento de emprendimientos en esa franja de edad, consumo masivo de drogas ilícitas, negación colectiva a la conservación de la biodiversidad y poca restauración de los ecosistemas para la resiliencia climática, utilización masiva de insecticidas y herbicidas en cultivos agrícolas, conflicto en uso y tenencia de la tierra, ciclos abruptos de pobreza y marginalidad social, provenientes de un capitalismo financiero y comercial; poco estudio sobre la bioeconomía y sus efectos en el desarrollo de las comunidades, entre otras crisis latentes intermedias.
El informe tiene algunas advertencias que el gobierno colombiano debería analizar en profundidad. Conviene destacar la siguiente: “La adopción apresurada de políticas medioambientales tendrá consecuencias no deseadas para la naturaleza. Aún existen muchos riesgos desconocidos por la implementación de tecnologías de geoingeniería no probadas… Una transición que no tenga en cuenta las implicaciones sociales agravará aún más las desigualdades dentro y entre los países”. Igualmente, recomendamos acciones como educación ambiental desde edades iniciales como en la universitaria. Modelos bioeconómicos soportados en gestión del conocimiento e innovación en mercados verdes, transformación digital para los negocios verdes y la descarbonización económica con finalidad de reducir la huella de carbono en el territorio, finalmente promover las tesis del desarrollo endógeno que permitan construir esquemas territoriales, que enfrenten impactos internacionales generados por las crisis exógenas; entre otros aspectos.
En ese sentido, recientemente se promovió, con el fin de afrontar las múltiples crisis, o al menos conocer su origen y evolución; el desarrollo del V Coloquio sobre “Desarrollo Sostenible, Bioeconomía y Políticas Públicas”, en el que se abordaron las siguientes temáticas, a través de conferencias y paneles, a saber:
- Bioeconomía y el Plan Nacional de Negocios Verdes (PNNV) en Colombia. ¿La encrucijada del desarrollo sostenible?
- El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2022-2026. ¿Entre la descarbonización económica y los corredores ecosistémicos verdes?
- Pobreza, Democracias Modernas y Derechos a la Sostenibilidad.
- El concepto disruptivo de ciudad resiliente y sostenible. La metrópolis amigable.
Se pretende con esta dinámica, incidir como estimular, la construcción de políticas públicas y modelos institucionales de desarrollo (gobernanza institucional) instrumentalizados a través de agencias de desarrollo y programas de intervención que permitan garantizar sostenibilidad para el planeta.
Referencias:
Argel Giovanni y Otros. Bioeconomía, Democracias Modernas y Derechos Sociales. Fondo Editorial Universidad de Córdoba. 2022.
Acosta-Ormaechea, S.; Adler, G.; Goldfajn, I. e Ivanova, A. (2022). “América Latina enfrenta un tercer shock debido al endurecimiento de las condiciones financieras mundiales”.
IMF Blog, 13 de octubre. Recuperado de: https://www.imf.org/es/Blogs/Articles/2022/10/13/latin-america-faces-a-third-shock-as-global-financial-conditions-tighten.
Medina Uribe, Hernando. La Policrisis Global. Tomado de El Colombiano. https://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/la-policrisis-global AH20271331. 2023.
Morin, E. (2006). Tierra-Patria. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires.
Shafik, M. (2022). Lo que nos debemos unos a otros. Un nuevo contrato social. Editorial Paidós. Barcelona. Tooze, A. (2021). El apagón: Cómo el coronavirus sacudió la economía mundial. Editorial Planeta, Barcelona Tooze, A. (2022a).
“Defining polycrisis – from crisis pictures to the crisis matrix”. Chartbook #130, 24 de junio. Recuperado de: https://adamtooze.substack.com/p/chartbook-130-defining-polycrisis Tooze, A. (2022b).
“Welcome to the world of the polycrisis”. Financial Times, October 28. Recuperado de: https://www.ft.com/content/498398e7-11b1-494b-9cd3-6d669dc3de33.