En las últimas horas, una rotura en una tubería madre en el barrio Altos del Campestre ha dejado sin agua potable al 60% de la ciudad de Cartagena. Mientras la empresa Aguas de Cartagena (ACUACAR) se prepara para realizar las reparaciones, que se estima tomarán entre 36 y 48 horas, en las redes sociales ha surgido una creciente ola de indignación y una propuesta de desobediencia social.
Los ciudadanos están utilizando diferentes plataformas para expresar su frustración y descontento con ACUACAR. Las continuas roturas de tuberías y la falta de inversión en la renovación de la infraestructura han llevado a los usuarios a convocar a una desobediencia social similar a la del movimiento Anti Peaje de Turbaco. Este movimiento ciudadano logró cambios significativos gracias a la unidad y la presión de la sociedad civil.
Los usuarios critican duramente a ACUACAR, acusándola de ser rápida para cobrar facturas y cortar el servicio cuando hay retrasos en los pagos, pero lenta y negligente en la reparación y mejora de las redes de acueducto. La propuesta que se está gestando en las redes sociales llama a la acción a comités de usuarios, veedurías ciudadanas, asociaciones de juntas de acción comunal y cualquier grupo organizado de ciudadanos para liderar esta causa.
«Es momento de ponerle freno a ACUACAR y exigir la renovación de las redes de acueducto. No podemos seguir permitiendo que se hagan los desentendidos y sigan enriqueciendo a costa de nuestra calidad de vida», se lee en una de las publicaciones que ha sido compartida.
La indignación y la propuesta de desobediencia social reflejan el cansancio de los cartageneros ante una situación que se ha vuelto insostenible. La propuesta de desobediencia social es una llamada a la acción para todos los habitantes de Cartagena que desean un cambio real y duradero en la gestión de su suministro de agua. “Es el momento de actuar y exigir lo que nos corresponde: un servicio de agua potable digno y sin interrupciones constantes”.