Revuelo en el país y a nivel internacional ha causado la decisión de Yhair Acuña Cardales, alcalde de Sincelejo de devolver a Sucre a los tiempos del Paramilitarismo, como lo expresó vía Twitter el ministro de defensa Iván Velásquez, el senador e investigador de la parapolítica Ariel Ávila y Camilo Romero Galeano, embajador de Colombia en Argentina
Ante este escándalo también surgen una cantidad interrogantes expresados por la ciudadanía, a través de los distintos medios donde se ha difundido la noticia, como son: «¿Por qué razón si supuestamente Sincelejo es la ciudad más segura de Colombia se requiere de un grupo de civiles armados para garantizar seguridad?¿Por qué un alcalde se arriesgaría a como ocurrió en el pasado con las Convivir que terminaron formando bloques Paramilitares? O como lo manifestó el director general de la Policía Nacional, general Salamanca, además de decir que la obligación de garantizar la seguridad en espacios públicos, es de la Policía Nacional, se preguntó» ¿Quién responde si uno de estos hombres armados, asesina a alguien?».
En mi opinión la pregunta que más me llamó la atención la hizo un ciudadano ante la publicación de la noticia a través de un medio de televisión nacional ¿A qué le teme el alcalde Yhair Acuña? Entonces recordé el reciente artículo de la revista Cambio, dónde textualmente manifiesta: «Como en una novela de mafia siciliana, mezclada con la crudeza de la parapolítica criolla, detrás del atentado al «Gatico» hay una historia de sangre y dinero. CAMBIO conoció los detalles de una guerra silenciosa entre mafias políticas que involucrarían al «Clan» de la fallecida Enilce López, a Salvador Arana Sus y hasta al mismo Yahir Acuña Cardales, actual alcalde de Sincelejo.» Y continúa con lo siguiente*: «Semanas antes del tiroteo en la clínica, Acuña y el Gatico se reunieron en Barranquilla. Según dos fuentes cercanas a el Gato y otra conocedora de la política sucreña, el hoy alcalde le manifestó a López su intención de no pagar los altos intereses de la deuda. Además, expresó su malestar por la amenaza que representaba Anaya.
Por su parte, alias “El Gato” trató de calmar los ánimos. Sabe que su poder no es el mismo de antes y mucho menos el que tenía su mamá. Le dijo a Acuña que Anaya actuaba solo, por lo menos en ese caso puntual. Después de ires y venires, los dos llegaron a un acuerdo: López entregaría a Anaya para que, por fin, pudiera ser asesinado.
Al final, ambos bandos quedaban como ganadores. “El Gato” lograba un gesto de paz con su exsocio y mantiene un aliado poderoso con poder de decisión en miles de millones de contratación. Acuña se quitaba de encima a un peligroso cobrador de deudas y testigo de sus presuntos nexos con el paramilitarismo.
Eso sí, a Acuña todavía lo persiguen los contundentes testimonios que han entregado exparamilitares como Diego Vecino y los hermanos Borré. Estos últimos han vinculado a Acuña con los “Rastrojos Costeños”.
El acuerdo se cumplió. Anaya fue citado por alias “El Gato” en la clínica de Barranquilla donde estaba siendo atendido. Recibió más de cinco disparos. Esta vez no hubo cómo salvarse. “Al Chino” se le acabaron las vidas, pero al “Gato”, al parecer, le siguen quedando siete.»*
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Con toda esta investigación realizada por una de las revistas más importantes de este país, es válido preguntarse ¿Será que el desespero y las verdaderas intenciones del alcalde Yhair Acuña Cardales, de crear un grupo de más de 100 civiles armados, tiene como objetivo tener un ejército privado para defenderse o enfrentar a los enemigos en la “guerra de mafias” que según CAMBIO, se lleva a cabo de manera silenciosa en estos momentos?
Si a mí me preguntan, yo diría que con los graves señalamientos que pesan sobre Yhair Acuña como son vínculos con las antiguas Autodefensas, luego con la banda criminal los “Rastrojos Costeños” y conformación de grupos ilegales, delitos por lo que está siendo procesado, en la Corte Suprema de Justicia, de la que hizo parte como magistrado, el hoy ministro de defensa, que cualquier cosa puede esperarse de alcalde de la ciudad de Sincelejo.
Adenda: Ya habitantes de Sincelejo empezaron a quejarse de los que consideran abusos por parte de este grupo de hombres armados y eso que no tienen 5 días de estar operando.