El caso de la llamada «Cuadrilla del Alcalde», revelado en la columna de Álvaro González Álvarez, Ph.D., P.E., hace varios meses, ha generado serias dudas sobre la gestión de la Alcaldía de Cartagena y la Fundación para el Desarrollo Tecnológico y Social (Funtecs), encabezada por Jair Bautista Barboza. El 30 de abril de 2024, González, recibió un documento de cinco páginas que, en lugar de aclarar las dudas, trajo consigo aún más interrogantes y dejó mal parada tanto a la fundación como a la administración de Dumek Turbay, actual alcalde de la ciudad.
El problema central radica en las inconsistencias de la respuesta entregada por Bautista Barboza. La primera gran duda surge cuando Funtecs afirma que no tiene un registro oficial de la fecha de ingreso de los voluntarios que conformaron la cuadrilla, lo que deja entrever una grave falta de control en el manejo de un grupo encargado de actividades públicas de limpieza en la ciudad. Esto es solo el comienzo de una serie de respuestas desconcertantes, pues a pesar de que Funtecs asegura que la cuadrilla estaba compuesta por 23 personas, publicaciones del propio alcalde Turbay en sus redes sociales muestran a más de 35 personas en distintas actividades, algunas de ellas mujeres, cuando el listado original sólo incluía hombres.
Otro punto preocupante revelado por González es la falta de afiliación del personal a una Administradora de Riesgos Laborales (ARL), a pesar de que las actividades realizadas, como limpiezas en zonas como Chambacú, se clasifican como de máximo riesgo. Esto no solo expone la negligencia de Funtecs, sino también la falta de supervisión de la administración distrital.
En cuanto a la dotación de los uniformes y otros materiales utilizados por la cuadrilla, Bautista Barboza, aseguró que estos fueron entregados como parte de donaciones de particulares que prefirieron mantener el anonimato. Esta falta de transparencia ha despertado críticas entre la ciudadanía, que se pregunta cómo es posible que en una administración pública se manejen recursos sin la debida formalización.
Finalmente, las investigaciones realizadas por González en torno al domicilio de Funtecs han arrojado aún más dudas sobre la existencia y operatividad de esta fundación. Vecinos del barrio El Campestre, donde supuestamente se encuentra la sede de la fundación, afirmaron que nunca han visto ninguna entidad de este tipo en la zona.
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Este caso deja en evidencia la falta de transparencia y control en la gestión del alcalde Dumek Turbay, en una situación que recuerda la célebre historia «El traje nuevo del emperador» de Hans Christian Andersen: mientras la administración sigue adelante con su narrativa, es cada vez más evidente para los cartageneros que algo no está bien. Como dice González, «al final del día, lo más cuestionable es cómo esta situación ha sido manejada por la Alcaldía de Cartagena».