Ante el resurgimiento de brotes de influenza aviar de alta patogenicidad (H5N1) en varios países de América Latina y el Caribe, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha emitido un nuevo informe que ofrece una guía detallada sobre cómo mejorar la respuesta ante emergencias sanitarias.
Este documento, titulado Emergencia y Respuesta a la Influenza Aviar de Alta Patogenicidad H5N1 en América Central, América del Sur y el Caribe, recoge las lecciones aprendidas durante los brotes ocurridos entre 2022 y 2024, y proporciona recomendaciones claves para enfrentar la situación actual.
Según el informe de la FAO, entre octubre de 2024 y febrero de 2025 se registraron brotes del virus en varios países de la región, incluidos Argentina, Colombia, México, Panamá, Perú y Puerto Rico. Aunque Colombia no ha reportado nuevos brotes este año, la situación sigue siendo preocupante, y se mantienen activas las medidas de prevención en todo el continente.
La publicación pone de relieve que, tras la experiencia vivida en los últimos años, es fundamental que los países de la región mantengan y refuercen sus estrategias preventivas, especialmente en áreas claves como el sacrificio en gallinas ponedoras y el manejo de fauna silvestre.
Andrés González, Oficial de Ganadería Sostenible, Sanidad y Biodiversidad Animal de la FAO, enfatizó: “La colaboración entre los países y la relación público-privada son cruciales para hacer frente a la emergencia. Este análisis ofrece orientaciones claras sobre cómo fortalecer la capacidad de respuesta ante posibles brotes”.
El informe destaca diversas lecciones derivadas de los brotes previos. En primer lugar, se señala la complejidad de la epidemiología de la enfermedad, la cual no solo afecta a la avicultura, sino que también tiene un impacto económico y ecológico significativo. La FAO recalca la necesidad de una preparación más robusta frente a situaciones sanitarias complejas, así como la importancia de la cooperación entre distintos sectores. Además, las recomendaciones evidencian la relevancia de realizar simulacros, mejorar la capacidad diagnóstica, y capacitar a veterinarios y técnicos para responder de manera eficiente ante una eventual emergencia.
El enfoque multidisciplinario y multisectorial bajo el principio de Una Sola Salud sigue siendo uno de los pilares de las acciones preventivas, dado que la enfermedad afecta tanto a animales como a seres humanos, y puede tener efectos en el medio ambiente.
Colombia, uno de los países con mayor historial de brotes, ha logrado avances significativos en la contención del virus. El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) reporta que aunque el virus fue detectado por primera vez en 2005, en los últimos años se ha logrado reducir el número de casos. En 2024 se registraron solo ocho brotes confirmados, en comparación con 27 en 2023. Las medidas implementadas incluyen la eliminación de aves afectadas, restricciones de transporte, y la intensificación de la vigilancia epidemiológica, lo que ha permitido contener la propagación.
Además de las estrategias centradas en la avicultura, la FAO ha lanzado recientemente una serie de recomendaciones para mejorar la vigilancia de la influenza aviar en poblaciones de bovinos, en respuesta a los recientes casos reportados en algunos países. Estas recomendaciones refuerzan la necesidad de estar preparados para responder rápidamente a nuevos brotes en animales de otras especies.
Aunque la situación en algunos países de América Latina y el Caribe parece estar bajo control, la influenza aviar sigue siendo una amenaza constante que requiere atención continua y medidas preventivas.