La era del Internet de las cosas está cada vez más en nuestras vidas. Tenemos amplio conocimiento de ello, pero muchos no le prestan atención a lo que vendrá pronto: el Internet de los cuerpos. La corporación Rand, el grupo de expertos detrás de algunas ideas y tecnologías más influyentes del mundo, recientemente publicó el informe: The Internet of Bodies: Opportunities, Risks, and Governance, el cual es definido como una industria en crecimiento expositivo, que monitorea el cuerpo humano, recopila información de la salud y capta otros datos que son transmitidos a través de Internet.
Los tecnócratas de la ciencia, la salud y las finanzas desean que la humanidad pase de dispositivos portátiles a dispositivos integrados a nuestros cuerpos, para de esta forma dar lugar a la era del transhumanismo. Los dispositivos que integran el Internet de las cosas, como medidores, asistentes virtuales, teléfonos, relojes inteligentes y automóviles autónomos se conectan directamente a internet o a través de una red local. A medida que los dispositivos domésticos se vuelven más comunes, los expertos predicen que el deseo y la aceptación por los dispositivos de Internet de los órganos aumentará.
Ninguna parte del cuerpo humano escapará a la supervisión de la tecnología que vendrá. Según el informe de la corporación Rand, este nuevo sistema será invasivo. Algunos productos del Internet de los órganos serán los siguientes: uso de Biobots, para supervisar nuestros desechos y determinar qué comemos, qué medicamentos podemos tomar y analizar nuestro material genético. También, lentes de contacto de realidad aumentada, dispositivos de lectura y escritura del cerebro, sensores implantados en el cuerpo, ropa con sensores, microchips implantables RFID y NFC, sensores mentales y emocionales, páncreas artificial y pañal conectado por Blutooth.
Adicionalmente, mientras en Estados Unidos y otros países se encuentra en ejecución la implementación de la tecnología 5g, ya se están haciendo planes para perfeccionar e implementar el sistema 6g. Según la revista americana, The National Interest, la tecnología 6g marcará el comienzo de la capacidad de enviar señales inalámbricas a la velocidad de la computación humana. Además, eventualmente, la inteligencia humana podría enviarse por el aire de manera instantánea.
Estas tecnologías no están reguladas y pueden representar un peligro extremo. Esto plantea dos preguntas: primero, ¿Quién es el propietario de los datos recopilados?; segundo, ¿Cómo se regularán los desarrolladores de tecnologías y los recopiladores de datos? The Rand Corporation reconoce la falta de respuesta en relación con estos problemas, al explicar que: “[a]l igual que estos dispositivos, no existe una entidad única que supervise los datos. Los corredores de datos no están regulados en gran medida y los Estados Unidos no tiene una ley federal de privacidad de datos, sino que se basa en leyes estatales que difieren muchos sentidos”.
Esta tecnología de los órganos está conectada al transhumanismo, al body hacking y a los cíborgs (organismos cibernéticos). Con esto se constituye la plataforma del Gran Reinicio y, por supuesto, de la Cuarta Revolución Industrial promovida por el WEF. En una entrevista realizada por, Paul Joseph Watson, al escritor cubano, Alex Abella, el propósito de estas corporaciones es que los tecnócratas dominen todos los aspectos de la sociedad, donde la eficiencia sea la ley y los hombres sean un poco más que máquinas.
Muchas personas se abrirán a estos nuevos medios tecnológicos, porque ahorran tiempo y son convenientes. Sin embargo, cambiar la soberanía corporal por conveniencia, nunca es una transacción justa, pues casi siempre sirve para beneficiar a quienes buscan más control sobre nuestras vidas. Con esto, los seres humanos consentirán en que los tecnócratas dicten todas las facetas de la vida.