Hasta mediados de los años 90s millones de personas fallecieron en el mundo entero por falta de un tratamiento eficaz contra la infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana VIH, el virus causante del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida SIDA.
Entonces aparecieron los medicamentos antirretrovirales, capaces de controlar la multiplicación del virus y preservando e incluso reconstituyendo, al menos cuantitativamente, los daños producidos por el VIH en el sistema inmunológico, controlando el proceso de la enfermedad.
En los países desarrollados, muchas enfermedades que hacían parte del SIDA empezaron a hacerse cada vez menos frecuentes e incluso a desaparecer, y con ellas las hospitalizaciones, discapacidades y muertes prematuras causadas por el SIDA.
Las investigaciones avanzaron rápidamente y en corto tiempo se descubrieron esquemas de tratamiento que lograron cambiar radicalmente la evolución natural de la infección por el VIH, permitiendo que las personas que viven con VIH puedan tener una vida igual de larga y saludable que las personas que no viven con el VIH.
Los beneficios en los países desarrollados son notorios: En Alemania la totalidad de las personas diagnosticadas pueden sin traba alguna acceder oportuna y continuamente a los medicamentos y casi la totalidad cuentan con tratamientos exitosos, su enfermedad está controlada, y viven vidas saludables y productivas.
En Latinoamérica y el Caribe las cosas no fueron tan fáciles. A finales de los años 90s y empezando el actual siglo, las personas que viven con VIH en Colombia debieron dar una verdadera batalla campal que cobró muchas vidas, para lograr el acceso continuo y adecuado a los medicamentos antirretrovirales y demás tecnologías necesarias para esas terapias.
Y sin embargo, a pesar de los logros de esa batalla, los resultados no eran los mismos que en los países desarrollados. Desde la indolencia del Estado a nivel territorial con las personas sin aseguramiento y de las EPS con las personas aseguradas, para garantizarles el acceso oportuno, continuo y adecuado a los medicamentos, la proliferación de marcas desconocidas y laboratorios de garaje para los medicamentos, elementos culturales y hasta un mercado irregular de los medicamentos, limitaron los beneficios de las terapias en la vida de las personas que viven con el VIH.
Según un nuevo estudio publicado el pasado martes 20 de abril por la revista británica The Lancet HIV, desde 2017 en adelante, los jóvenes de 20 años que viven con el VIH en Latinoamérica y el Caribe podrían vivir con un tratamiento hasta los 70 años. Anteriormente, en 2003, la esperanza de vida en estos casos llegaba a 51 años.
El análisis, hecho por el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt de los Estados Unidos y varias instituciones de América Latina, ha encontrado un fuerte incremento de la expectativa de vida entre 30.688 personas sometidas a tratamiento contra el VIH entre 2003 y 2017.
Según la investigación, en 2003, un joven de 20 años bajo tratamiento en Argentina, Brasil, Chile, Honduras, México o Perú podría haber esperado vivir hasta los 51 años. Sin embargo, a partir de 2017, la esperanza de vida de un joven de 20 años en tratamiento en esos países latinoamericanos era de 70, en comparación con 78 para la población general.
Los datos utilizados en el estudio proceden de la llamada Red para la Epidemiología del VIH del Caribe, Centro y Suramérica, un consorcio de investigación epidemiológica del VIH que vincula la experiencia y los recursos del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt de los Estados Unidos con investigadores de centros en Argentina, Brasil, Chile, Honduras, México y Perú.
El mayor incremento en la esperanza de vida de las personas con VIH se produjo de 2013 a 2017 y coincidió con la recomendación de que todas las personas con VIH debían recibir tratamiento independientemente de la etapa de la enfermedad.
«La terapia antirretroviral se hizo mucho más ampliamente disponible en toda la región del estudio a partir de la década de 2000», señaló Jessica Castilho, una de las investigadoras y profesora asistente de Medicina del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt de los Estados Unidos.
En Colombia, además de los logros de las personas que viven con el VIH, el diseño de un modelo de atención integral con enfoque biopsicosocial a finales de los años 90s por el Dr. Jaime Galindo Quintero (QEPD) en Cali, que luego fue replicado en el resto del país, y los incentivos económicos para las EPS con mejores resultados por la Cuenta de Alto Costo en los últimos 10 anos seguramente han tenido un rol determinante. Ejemplos de que sí se pueden conseguir los logros de los países desarrollados!