Hay dichos populares que, a la hora de la verdad, están cargados de sabiduría. Siempre me ha gustado éste: “Detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer”. Harto machista, pero más allá de peleas de géneros, es real, una gran mujer para un hombre representa un enorme apoyo; corrige, nos llama la atención; nos anima, nos frena, impulsa, y ofrece calma.
No me gusta escribir de forma encopetada, esgrimiendo teorías; me gustan los paralelismos, no obstante que toda comparación cojea, es la forma más fácil para comprender una idea. Dediqué tiempo a meditar quién hace el papel de mujer, si la sociedad fuese el hombre. “Detrás de una gran sociedad, hay una … “
Intenté completar el espacio: buenos ejércitos… No. Una buena justicia, tal vez; pero ella depende, la justicia, de varias esferas diferentes a ella misma; por ejemplo, depende de la educación de una sociedad. ¡Bingo!, la tan mentada educación puede ser lo que hay detrás de una gran sociedad. Permítánme discordar.
De lo poco que sé de la historia; creo, no ha existido pueblo mejor educado que el de Esparta, efímera sociedad. Todos sus hombres y mujeres eran educados desde los 7 a los 20 años con el principio de la colectividad; en otras palabras, la sociedad Espartana por encima de las individualidades. Y toda la educación, a cargo del Estado.
La educación por si sola no es garantía de sociedades justas. Lo invito a revisar la historia de los Ilotas; vivieron peor que esclavos en la educada Esparta.
Para no extenderme, la educación no es lo que está detrás de una sociedad, como detrás de un gran hombre, hay una gran mujer. La educación está al frente de una sociedad.
Quién haría ese papel, de decir: hombre, sociedad, calma, piénsalo bien; creo que es equivocado, eso no es así. Vas bien. Si insistes en eso, no te acompañaré, me voy para donde mamá. Ánimo, descansa un poco….
Ni los ejércitos o la policía; la educación, la justicia, salud, ninguna de ellas cumplen esta función. “Detrás de una Gran sociedad, hay un Gran periodismo”.
Es archiconocido el caso Watergate, periodistas norteamericanos le dijeron a su sociedad: oye, por ese camino no es. Richard Nixon fue obligado a renunciar. Ahora, pasemos ésto a matemáticas; si una operación es correcta, el orden de los factores no altera el producto.
Si detrás de un gran hombre hay una gran mujer… ¿qué hay detrás de un hombre fracasado?. Si detrás de una gran sociedad, hay un buen periodismo… ¿Qué hay detrás de una sociedad fracasada?
Detrás de una sociedad podrida hay un periodismo putrefacto; los nazistas tenían a su periodismo Goebbelsiano. Y pienso que la humanidad no puede olvidar el periodismo en Ruanda y cómo una emisora, con sus periodistas, atizó el genocidio en esa sociedad africana. ¡Cómo te atreves a comparar a Colombia con esos morochos africanos tercermundistas¡ dirán algunas personas de bien. perdón, no comparo; simplemente es un hecho real e histórico; allá se mataron porque periodistas, locutores comentaristas, opinadores, mercenarios de la radio, azuzaron a bandos de su propio pueblo para que se mataran. Ojalá en Colombia se transmitiera por todas las cadenas de televisión la película “Hotel Ruanda”. Pondría a pensar a más de un colombiano.
Si vuelves tus ojos a nuestra tierra, y te preguntas dónde estaban los grandes periodistas en la dictadura de Argentina, qué publicaban sus grandes diarios en aquel tiempo y qué decían sus editoriales. Lo mismo en los tiempos de Pinochet en Chile. Igual condición en Brasil; por ejemplo, en el juicio a Lula. No hay un gran periodismo, o estaba diezmado; ya sea que no se les daba trabajo en las grandes empresas o los desaparecían. Vemos un periodismo de trinchera, cada uno hace periodismo desde su barranco para proteger su interés. Mejor, periodistas que ayudan o presionan no por estar basados en la verdad, sino porque pertenecen a ese lado. Y si “el otro lado”, la otra trinchera“, muestra una verdad; es trabajo periodístico, de este lado, convertirla en una mentira.
Si Colombia es una sociedad desigual y está como está, ¿qué pasó con nuestro periodismo? Alguien podría decir: “por el periodismo, Colombia no está más jodida de lo que está” ¿sí será?
La verdad es que jodidos estamos. Y la propuesta es que nos falta el despertar del verdadero periodismo; debemos rodear y apoyar a los grandes hombres y mujeres periodistas, indispensable profesión; que resurjan de ese letargo, y puedan decirle a ese periodismo mercenario : “basta ya”.
Hay un episodio en las protestas, que me devuelve la fe en Colombia. Creo, ningún periodista de las grandes cadenas, ha resaltado ésta noticia; cuando algunos policías salen de un intento de ser quemados por criminales; indefensos, los uniformados son atacados, pero quien los protege no son otros agentes o militares; son personas que protestaban, civiles, que se interponen entre los agresores y los indefensos policías. Me pregunto, ante el vandalismo seudo periodístico, dónde están los periodistas.
No puede ser que sea cualquiera que tenga dinero y pueda comprar un gran medio de comunicación y procure lanzar información que no resiste el mínimo análisis de la razón. Peor aún e incomprensible que no exista, en Colombia, alguna fundación de periodismo, ni círculo de periodistas, ni academias de periodismo, ni facultades que salgan a impedir que se queme al verdadero periodismo. No me preocupa la alharaca de los malos periodistas, me preocupa el silencio del buen periodismo.



