Colombia es un país político por excelencia, encontramos defensores a ultranza de ideologías de Izquierda, de centro y de derecha. Normalmente se “dan la pela” por la defensa de esos ideales, así no sean conocidos por los líderes de dichos grupos. Existen unos cuantos que se autodenominan “apolíticos” pero en el fondo también son políticos ya que conocen y opinan de política.
La Constitución Política de 1991 le ha dado cuerpo a la democracia intentando que exista el respeto para una pluralidad y equidad, cosa difícil de enlazar cuando en las épocas pre-electorales se agudizan las contradicciones, donde en los mandos altos se defienden muchos intereses. Dependiendo del tamaño del estado, así serán los privilegios que pueden ostentar los políticos, a sabiendas que imponen las leyes para beneficio muto o de sus patrocinadores empresariales, tienen acceso a contratos multimillonarios, manejan ministerios e institutos con burocracia y el nepotismo es galopante, situaciones que normalmente el “común” desconoce
Pero, existe un axioma mucho más poderoso, “el gusanillo del poder”. Con casi todo consumado, recursos ilimitados, familiares en los mejores puestos, dueños de lo “divino y humano”, pero les falta “algo”, y es el poder político, el poder de mando, el poder de figuración, donde difícilmente lo sueltan “per saecula saeculorum”.
El periplo político inicia éste domingo 5 de Diciembre del 2021, con la elección de los miembros del Consejo Municipal de Juventudes, que es un “mecanismo de participación, concertación, vigilancia y control de la gestión pública e interlocución de los jóvenes ante la institucionalidad”. Se le dio vida jurídica mediante la ley 1622 de 2013 y más tarde modificada por la Ley Estatutaria de 1885 de 2018 y los jóvenes entre 14 y 28 años tendrán la oportunidad de elegir a sus representantes en grupos de 7, 13 o 17 consejeros, en los tres sectores así. 30 % de postulados por proceros y prácticas organizativas, 30 % de jóvenes de partidos o movimientos políticos y 40% de listas de jóvenes independientes.
Antes de éste suceso, el pasado lunes 22 de noviembre de 2021el Centro Democrático le informó al país que sus simpatizantes eligieron como su candidato único a la presidencia de Colombia al exsenador y exministro de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga, para el periodo 2022-2026. Lo patético de la consulta es lo que se reafirma, que en política uno más uno no es dos, puede ser siete o veinte, cuando al sumar los resultados entregados por la firma Yanhaas y Centro Nacional de Consultoría, no cuadran con el 100%. Los resultados fueron los siguientes: Óscar Iván Zuluaga con 43%, María Fernanda Cabal con 22%, luego aparecen Paloma Valencia (13%), Alirio Barrera (12%) y Rafael Nieto (11%), significa, que si le aplicamos las matemáticas reales las cifras superan el 100%.
El próximo 13 de marzo 2022 la Coalición Centro de la Esperanza y sus seis candidatos, Alejandro Gaviria, Sergio Fajardo, Juan Fernando Cristo, Carlos Amaya, Jorge Robledo y Juan Manuel Galán competirán en una consulta que les permitan llegar unidos para las elecciones presidenciales. Matices interesante encontramos en dicha coalición, teníamos entendido que Jorge Robledo pertenecía a la izquierda y no al centro, que Sergio Fajardo era verde, Alejandro Gaviria era de linea liberal de izquierda, pero todo ello hace parte de la tan “cacareada” “dinámica de la política”
En cuanto al llamado Pacto Histórico, las cosas están un poco más claras. Allí el “mandamás” y líder de la coalición de políticos de izquierda y centroizquierda es el senador de la Colombia Humana, Gustavo Petro. Encontramos políticos, que suponemos serán parte de la lista cerrada al senado y Cámara, entre quienes se encuentran: Gustavo Bolívar, Aída Avella, Alexander López Maya, Roy Barreras, David Racero, Armando Benedetti, Martha Peralta Epieyú, – Roy Barreras, Iván Cepeda, Clara López, Francia Márquez y María José Pizarro.
La lista de degustación sigue con el “Equipo por Colombia”, una gama de políticos de centro derecha que tiene de todo como en el “mercado de las pulgas”, Conservadores, liberales, Cambio Radical, partido de la U, con inexpertos en la administración pública como David Barguil y otros más curtidos que saben cómo “le entra el agua al coco”, tales como Alejandro Char, Juan Carlos Echeverry, Dilian Francisca Toro; Enrique Peñalosa y Federico Gutiérrez. Es una lista que muy pronto se unirá al centro democrático.
Faltan algunas “golondrinas sueltas” de grupos significativos de ciudadanos, que no saben todavía en que “palo trepar”, la cuenta pasa a más de 50 candidatos entre los que contamos a Eduardo Verano de la Rosa, Rodolfo Hernández, Miguel Ceballos y unos cuantos desconocidos en busca de imagen
Lo interesante para el país, es que hay de donde escoger, preocupa la falta de candidatas con buenas imágenes como Ángela María Robledo e Ingrid Betancourt y todavía siguen estigmatizando y engañando al electorado con la famosa frase politiquera “se va a trabajar por una propuesta programática unificada para el 2022”.