La despenalización del aborto ha sido sin dudas una aberrante decisión de la Corte Constitucional, aberrante en su modo y en sus términos que permitirá la interrupción del embarazo sin ningún tipo de causales hasta los 6 meses de gestación.
Algunos pro-abortistas dicen que esta es la victoria de las mujeres, de la libertad y del derecho. No deja de ser inaudito, triste y vergonzoso para la humanidad que la reivindicación de un derecho se enraíce en el asesinato vil y cruel de un ser inocente e indefenso. Venció la dictadura de la cultura de la muerte pero no prevalecerá.
Otros pro-abortistas y juristas que apoyan la decisión afirman que se trata de despenalización y no se obliga la mujer a abortar, consignando a la conciencia de las madres gestantes la decisión de interrumpir o no el embrazo, de hacer lo que más desean de sus cuerpos. Aunque sea cierto, la decisión de la Corte abre las puertas al asesinato impune de seres inocentes e indefensos.
¿Se soluciona de raíz un embarazo no deseado a través del aborto? Evidentemente no, porque el aborto no impide un embarazo no deseado. En este sentido el aborto es una solución tardía porque actúa sobre algo que la mujer no hubiera deseado tener. En muchos casos, el aborto solo servirá para encubrir los excesos y descuidos cometidos dentro del círculo afectivo de la joven.
- También puede leer: La barbarie de la Corte
Además, el aborto pasa de ser una falsa solución a un problema real, porque aumenta el riesgo de mortalidad materna y somete a la mujer a una situación traumática que ninguna quisiera vivir. En este sentido el aborto es una tragedia porque queriendo ser una solución se transforma en un problema.
Una maternidad no deseada debe solucionarse antes de un embarazo, antes de las relaciones sexuales, porque cuando está embarazada ya no es una maternidad no deseada, es una maternidad de hecho. Aquí ya no se trata de una maternidad no deseada pero de un hijo no deseado. De esta manera, observamos que los verdaderos problemas a solucionar son: la mortalidad materna y el embarazo no deseado; y estoy convencido de que no se solucionan mediante el aborto.
“Estamos llamados a respetar coherentemente la vida desde la gestación hasta la muerte natural. Para nosotros los creyentes la vida es un derecho fundamental y un don de Dios y seguiremos defendiendo la vida humana”, así reaccionó Monseñor Luis José Rueda, presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana el pronunciamiento de la Corte.
El primer derecho de una persona humana es su vida. Además consagrado Constitucionalmente. Por esto debe ser protegido más que ningún otro. No pertenece a la sociedad ni a la autoridad pública, sea cual fuere su forma, reconocer este derecho a uno y no reconocerlo a otros.
No deja de ser curiosa y políticamente maliciosa esta decisión en pleno debate político, en el cual candidatos y pre-candidatos se perfilan unos contra y otros a favor del aborto. Hubiera sido más prudente dejar que las elecciones pasasen y la Corte decidiera teniendo en cuenta también la voluntad del pueblo sobre este tema. Que Dios tenga piedad y misericordia de nuestra patria y del mundo entero.