El pasado viernes 26 de agosto, el aeropuerto El Dorado de Bogotá anunció a través de sus redes sociales que el espacio del oratorio católico sería modificado y tendría adecuaciones con el objetivo de llegar a ser un lugar para la reflexión natural de cualquier tipo de culto. En su cuenta oficial de Twitter observaron que este espacio será adecuado “como un espacio de culto y reflexión neutral. En donde serán bienvenidas todas las religiones”.
Ante este anuncio, la Iglesia Católica, a través de una comunicación del Obispo de Fontibón, monseñor Juan Vicente Córdoba Villota, informó que OPAIN (empresa privada que administra el Aeropuerto El Dorado por concesión de la Aeronáutica civil), con quien la Diócesis tenía un convenio de administración de la capilla que allí se encontraba, había solicitado unilateralmente, en días pasados, terminar el convenio y hacer entrega del recinto.
Así también, comunicó que luego de una reunión sostenida con directivas de OPAIN, ellos expusieron que la petición fue hecha directamente por la Secretaría de Gobierno de la Alcaldía de Bogotá, invocando la norma del Ministerio del Interior acerca de la igualdad de cultos en Colombia.
El prelado anotó que, esta Iglesia particular se valió de los recursos legales necesarios para argumentar y poder continuar al frente del oratorio, sin lograrlo. Teniendo entonces, que retirar del recinto todos los signos y objetos religiosos allí presentes. Sumado a esto, dijo que personas a través de tutelas y derechos de petición exigieron que este espacio sea un lugar de culto para todas las religiones.
“De nuestra parte retiramos todo el mobiliario y símbolos católicos y obramos de acuerdo a la ley, no sin antes expresarles que la secularización y el materialismo están dando pasos para acabar con las expresiones de fe de un pueblo que pide a la Iglesia Católica le preste el servicio de la gracia de Dios a través de la Palabra y los Sacramentos”, observó el obispo.
En un encuentro con los capellanes de aeropuertos el Papa Francisco exhortó “a desarrollar vuestro ministerio con dedicación y pasión, mirando a los miles de rostros que les pasan por delante con el corazón de Cristo, para que cada uno pueda sentir la cercanía de Dios”, les dice a continuación el Pontífice, porque “con esta mirada los aeropuertos se transforman en ‘puertas’ y ‘puentes’ de encuentro con Dios y con los hermanos, hijos del único Padre. Pueden incluso convertirse en lugares privilegiados donde la oveja perdida puede volver a encontrarse con su verdadero Pastor”. De hecho, en estos “lugares de partida y llegada” – continúa el Santo Padre – “a menudo se crea una zona neutral donde la persona en el anonimato logra abrir su corazón, iniciando un proceso de curación y de regreso a la casa del Padre, quizás abandonada desde hace tiempo por las diversas circunstancias de la vida”.
La Pastoral de la Iglesia Católica no se restringe a una actividad cultural y sacramental. El oratorio es el centro de la presencia de Cristo, de encuentro íntimo personal con Él, en la oración personal o comunitaria y la celebración del Sacramento de la Eucaristía. También es un espacio de escucha, de consejería y del abrazo con la misericordia de Dios en el Sacramento de la Reconciliación. Pero también la presencia de la Iglesia en el aeropuerto se multiplica en las diversas acciones de actividades pastorales en sus diversos grupos. Si tenemos en cuenta el número de personas que trabajan en el aeropuerto y las que están en tránsito, sin dudas cada terminal aérea es un lugar de misión y evangelización.
El mensaje que las autoridades dan con esta actitud es de menosprecio a toda la actividad pastoral que desarrolla la capellanía del aeropuerto El Dorado. Sin tocar el oratorio Católico podrían crear otro espacio neutral en otro espacio del aeropuerto.