“…Nostradamus, donde su inteligencia rebosaba la de los humanos ancestrales, con la influencia de los astros, predecía sucesos que muchos de ellos se cumplieron con el pasar de los tiempos…”
Cuando nos metemos en el mundo seudo idealista de las predicciones, necesariamente tenemos que trasladarnos al siglo XVI, donde eran patéticas las confrontaciones entre la ciencia y la religión y la inquisición era la mejor forma de acabar los que osaban “llevarle la contraria” a los gendarmes de la iglesia.
Para hablar de la época debemos necesariamente alimentarnos de la historia del médico sin título, astrólogo, matemático vidente, filósofo, y alquimista Francés llamado Michel de Nôtre-Dame, -Provenza Francia 1503- popularmente conocido como Nostradamus, donde su inteligencia rebosaba la de los humanos ancestrales y sin el “beliro” o bola de cristal usado por las brujas para engatusar a sus clientes, predecía, con la influencia de los astros, sucesos que muchos de ellos se cumplieron con el pasar de los tiempos.
Esa historia se remonta a 1555, cuando le dijo al mundo que se prepararan por eventos proféticos que sucederían, por ser noctambulo agregaba que sus predicciones le llegaban por “el poder visionario que Dios le dio a través de señales cósmicas y sus movimientos cíclicos”, situación que no tuvo acogida ya que lo tildaban de loco y sus innumerables textos estaban escritos con leguaje enigmático o esotérico difíciles de leer e interpretar. Es posible que lo efectuase conscientemente por lo desagradable que representaba lo que predecía.
Sin embargo, con el transcurrir de los tiempos y observar que muchas de ellas se estaban cumpliendo, como la muerte de Enrique II en 1559, el incendio de Londres en 1666, las dos guerras mundiales, el poder desmesurado de Hitler que desencadenó en el holocausto durante la II guerra mundial, el bombardeo a Hiroshima y Nagasaki, el asesinato de John F. Kennedy, el 11 de Septiembre con las torres gemelas, la derrota de Donald Trump, el reciente incendio de la Catedral de Notre Dame en Paris, la muerte de la princesa Diana, entre muchas más.
Ya en contexto actual, muchas cosas han sucedido como lo que se lee en Century 2:53, cuando se previó “La gran plaga de la ciudad marítima. No cesará hasta que se vengue la muerte. De la sangre justa, condenada por un precio sin delito” que en traducción sencilla se refiere al Covid-19 y otras están en lista de espera, como la muerte de un conocido líder político, la caída de la Unión Europea cuando el Brexit, es decir, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, que pondrá en jaque dicha unión ya que es posible que otros países tiendan a separarse y acabar con la entidad.
El mudo debe prepararse para lo que viene, «La miel costará mucho más que la cera de las velas; tan alto el precio del trigo» que podemos inferir que se trata de la hambruna o la inseguridad alimentaria y todas las formas de malnutrición y desnutrición, ligado a la lucha contra la inflación, el pleno empleo, la energía limpia y sostenible, el cambio climático, el calentamiento global y la lucha permanente contra las emisiones de gases de efecto invernadero que irremediablemente tienden agravar la economía mundial.
La aceleración del deshielo es apocalíptica, cuando desde años atrás se conoce que la tierra se calienta y en Europa ello se da dos veces más que el promedio mundial, se observa el aumento de los niveles del mar, el drástico cambio de los ecosistemas, las migraciones masivas de aves con virus incluido, la muerte aparentemente inexplicable de especies y fenómenos meteorológicos como vemos en colombia y el mundo, casos concretos lo acaecido en el municipio de Piojó, Atlántico, como si un terremoto subterráneo hubiese pasado por el territorio producto de una falla geológica, posiblemente por los socavones dejados por la minería ilegal y las inundaciones en Cartagena, precisamente por el aumento de los niveles del mar.
Nada de raro tiene que los países invasores potencialmente fuertes en armas nucleares quieran regresar a los sucesos de Hiroshima y Nagasaki, con el aumento de Ovijas y la negativa a la desnuclearización, como lo ha afirmado Corea del Norte y las señales enviadas por Rusia en su guerra con Ucrania, cuando se declararon en “máximo estado de alerta” para el posible uso de armas nucleares.
Desde tiempos atrás, se viene hablando sobre la posibilidad de que un asteroide cause una destrucción masiva al chocar con la Tierra, como sucedió hace más de 66 millones de años cuando un asteroide de 15 km de ancho chocó con la tierra causando la extinción de los dinosaurios. Todas estas predicciones deben tener las alertas suficientes para contrarrestarlas con la preservación del medio ambiente con políticas económicas amigas de la tierra, sustentable, no en función del decrecimiento…es la economía de la vida.