Cuando se habla de la gastronomía de la región Caribe colombiana, pocos manjares logran representar de manera tan auténtica su identidad culinaria como la empanada de huevo. Este icono culinario, también erróneamente denominado “arepa e’ huevo”, es un verdadero testimonio de la riqueza y tradición del caribe.
El poeta Daniel Lemaitre Tono, ilustre cartagenero, supo rendir homenaje a esta delicia con su conocido poema que comienza: «Cosa vieja, cosa buena, con que no podrá ‘lo nuevo’, es la empanada con huevo, oriunda de Cartagena.»
Esta referencia poética evidencia la raigambre cultural de la empanada de huevo, nacida según la tradición en el “Corralito de Piedra”, quizá durante una animada noche de parranda. Su simpleza y perfección—una masa dorada que encierra un huevo frito—han conquistado paladares locales y visitantes por igual.
Desde hace 41 años, el Festival del Frito Cartagenero se ha institucionalizado como una de las actividades más significativas de la ciudad durante las festividades en honor a la Virgen de la Candelaria. Este evento culinario congrega a miles de personas que buscan deleitarse no solo con la icónica empanada de huevo, sino con toda una mesa de fritos preparados con maestría por las matronas de la región. Carimañolas, arepas de anís, butifarras y deditos de queso son solo algunos de los manjares que completan esta auténtica experiencia gastronómica.
Recientemente, una iniciativa digna de reconocimiento ha surgido con el Festival de Fritos del Sur, liderado por el carismático Chucho Chávez, quien ha convertido esta actividad en una tradición emergente en el Parque Heredia. Con el paso del tiempo, este evento está consolidándose como una cita obligada para quienes desean rendir tributo a la identidad culinaria de la ciudad.
La celebración de la Virgen de la Candelaria es el origen de muchas de las tradiciones festivas y culturales de la Costa Caribe, incluyendo el Carnaval de Barranquilla, hoy reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Durante el período colonial, estas festividades coincidían con las novenas de la Candelaria, un espacio donde los esclavos africanos participaban con bailes y atuendos especiales, aportando sus propias expresiones culturales.
Con el tiempo, los carnavales fueron desplazados por las fiestas novembrinas, pero la devoción por la Virgen de la Candelaria y las tradiciones culinarias que la rodean, como el Festival del Frito, han perdurado y continúan siendo parte esencial del calendario cultural de Cartagena.
La empanada de huevo es mucho más que una delicia gastronómica; es un símbolo de tradición, historia y resistencia cultural. Que viva Cartagena, que viva el Once de Noviembre, que viva la Virgen de la Candelaria, y que viva Chucho Chávez, el rey del Festival de Fritos del Sur. A través de estas celebraciones y sabores, se preserva una parte fundamental de la identidad cartagenera y costeña.