“¿Qué puede haber más grave que robarse la plata destinada a darles alimento a ocho millones de niños pobres?”, se preguntó el Contralor Edgardo Maya Villazón al inicio del acto de Rendición de Cuentas de sus cuatro años de gestión al frente de la Contraloría General de la República.
¿De qué material ético y moral están hechos los ‘dirigentes’ que mueven los hilos de esa empresa criminal tan cruel? ¿Será que podemos albergar alguna esperanza de que esto no siga ocurriendo?, añadió.
“Pero no es solo la plata de la alimentación de los niños. Se están robando todo. Se están robando los recursos de la salud de los más pobres, se están robando los dineros de los tratamientos para los enfermos mentales y también la de los niños con Síndrome de Down. Se están robando los subsidios de los que no tienen con que pagar la luz y se roban el presupuesto con el que se iban a construir acueductos para decenas de miles de colombianos que esperan hace décadas que les llegue una gota de agua apta para beber”,
Según Maya Villazón, así como la guerra interna nos tuvo en algún momento al borde de ser un Estado fallido, la corrupción ahora está carcomiendo las columnas sobre las que se sostiene nuestro Estado de Derecho.
“Estamos viviendo uno de esos momentos de la historia del país en el que tenemos que tomar medidas drásticas para acabar con la corrupción”.