Confieso, así como buen Diomedista, soy Zuletero y a Jorge Oñate, lo resalto como la primera voz potente vallenata de los últimos 10 lustros, inigualables sus éxitos. Pero Zuleta, es Zuleta, aunque duele ver a estas dos dinastías en líos judiciales, porque media Colombia admira sus canciones y sus estilos, alegrándose con sus innumerables triunfos artísticos.
Comencemos por Tomás Alfonso Zuleta Díaz, el “Pulmón de Oro”, aquel que usted lo pone a hablar en tarima o en una parranda privada y se jala un discurso con palabras refinadas, una que guardo en la memoria, es “Inconmensurable”, refiriéndose a lo difícil de medir ciertas cosas o valorarlas. Así es; difícil medir grados de aprecio que ostentan hoy los Zuletas en Colombia, como genios y figuras, su fama, arrastra a toda su familia causante de aplausos entre millares y odios entre muchos.
Sin embargo, hubo otra, explotada por Tomás Alfonso, que aún retumban en los oídos, siendo lamentable para un ídolo vallenato, “Viva la tierra paramilitar”, esa frase, sin duda, alimenta rencores y amores de millares de víctimas del conflicto armado vivido en nuestros territorios, cuyas tierras guajiras y cesarenses, en especial, han sido fuertemente golpeadas por este fenómeno pero acogen grupos armados ilegales como referentes y trofeos de guerras, conducta negativa en una sociedad civilizada que desea paz. Quizás, en aquella parranda, la emoción, los tragos, el fervor y la utilización errónea majadera del folklore, convirtió en mal chiste, saliendo caro a nuestro querido Poncho.
Por otro lado, encontramos la papaya puesta de Fabio Zuleta Díaz, hermano del “Pulmón de Oro”, boletándose alegremente en la emisora Sistema Cardenal de Valledupar, que de inmediato se apartó de las bochornosas opiniones denigrantes contra la mujer Wayuu, dejando solo en el palabrerío al papá de uno de los mejores exponentes acordeoneros y verseadores de la música de Upar, Iván Zuleta Barros, ex compañero del “Cacique”, que nada tuvo que ver en este enredo político, jurídico y social, pero la sangre llama.
El compositor, costumbrista y humorista Fabio Zuleta, tendrá que rendir explicaciones ante las autoridades para dignificar el buen nombre de la mujer Guajira, que han sido víctimas en otras situaciones como el abandono estatal, la violencia, imposible seguir tolerando abusos discriminantes ahora con lo de Fabio, que también reconocemos en él, un hombre de empuje y buen costeño, esperando que salga victorioso en estos líos, aprenda de su error y no revictimice a la mujer de cualquier condición social.
En distinto escenario, por supuesto, encontramos a Jorge Antonio González Oñate, conocido popularmente como Jorge Oñate, el “Jilguero de América” o “El Ruiseñor del Cesar”, también involucrado en tinglados judiciales por su presunta responsabilidad en el homicidio del dirigente político Efraín Ovalle Oñate, ocurrido en La Paz-Cesar, en 2012, luego que su esposa Nancy María Zuleta Carrillo, perdiera elección a la Alcaldía en su tierra natal, aparentemente estos hechos pudieron ser detonantes del asesinato del exdiputado que tiene rindiendo explicaciones al “jilguero”, de igual, esperamos se aclaren estos asuntos.
Vainas fregadas. “Que cante poncho Zuleta toda la vida”. “Pa’ que mi vida junto a tu vida siempre estuviera”. Los colombianos deseamos ver a los artistas vallenatos, alegrando corazones, con mensajes de paz, no emproblemados. Zuleta y Oñate, patrimonio cultural.