Una de las actividades recreativas que más me agrada hacer en Alemania es visitar Castillos Medievales y para mi felicidad, hay muchos. En Alemania se calcula que existen más de 25 mil aunque la cifra real aún no se conoce con exactitud.
La Asociación Alemana de Castillos se ha dado a la tarea de averiguarlo y para ello ha creado el Instituto Europeo de Castillos (EBI, por sus siglas en alemán), cuya sede se estableció en Braubach, cerca de la ciudad de Koblenz, al suroeste de Alemania.
El Instituto Europeo de Castillos está haciendo el recuento minucioso y detallado de Castillos Medievales en toda Europa, tarea que calculan tardará alrededor de 10 años. En su banco de datos de acceso libre EBIDAT (www.ebidat.de) tienen hasta ahora registrados 6 mil 842 Castillos Medievales en Alemania, pero su director Reinhard Friedrich calcula que pueden ser incluso más de los 25 mil que se estiman actualmente.
Los castillos medievales son muy populares para hacer excursiones y celebrar bodas, algunos también funcionan como hoteles o restaurantes. Para mí es un paseo que planeo con anticipación, selecciono el Castillo y la fecha de la visita, leo acerca de él y de su historia, busco la mejor ruta para llegar e identifico los lugares cercanos que pueda llegar a necesitar o que sean interesantes para visitar durante el trayecto de ida o de regreso. Un par de días antes alisto mi viejo auto. El día de la visita preparo bocadillos para el trayecto y me dispongo para disfrutarlo al máximo y sin afanes. Usualmente reservo tiempo para almorzar o al menos tomar y comer algo alrededor del Castillo. Me gusta recorrerlos, si es posible en su totalidad, lentamente y en silencio, observando los detalles y pensando en cómo serían las cosas en ese entonces y en cómo muchos aspectos de esa época aún se relejan en nuestra cultura actual.
Tal vez el Castillo Alemán más famoso de todos es el Castillo de Neuschwanstein (neu=nuevo, Schwan=cisne, Stein=roca, es decir, la Nueva Roca del Cisne, haciendo referencia al lago Cisne, ubicado a su lado). Está situado en el estado de Baviera y su construcción se inició en 1869, cuando los Castillos ya no eran necesarios estratégicamente. Es decir que en realidad no es un Castillo Medieval. Al parecer su construcción, ordenada por el rey Luis II de Baviera, se originó en su sueno de tener un castillo medieval ideal.
Espectacular! La construcción es absolutamente impresionante, parece de fantasía. Por ello es una de las mayores atracciones turísticas de Alemania. Para muchos es el perfecto Castillo de un cuento de hadas.
Para mí, que no me gustan los cuentos de hadas, resulta más divertido visitar Castillos Medievales reales, donde aún se puede respirar, después de varios centenares de años, el ambiente de ese entonces. Me gusta mirar las pesadas rocas con que fueron construídos y los materiales que usaban para pegarlas y que han resistido el paso de los siglos, e imaginarme cómo se organizaban para disenar y para ejecutar las enormes y complejas construcciones.
Subo por las irregulares gradas en caracol a las altas torres, estratégicamente ubicadas para tener una amplia visión del entorno. Paso largos ratos en las rústicas cocinas, aún tiznadas de hollín, y me puedo imaginar la agitación de un día ordinario de trabajo en ellas, los días de alegre abundancia y los difíciles días de escasez, los días cálidos en los que la cocina era un infierno y los días helados cuando se convertía en el lugar preferido de los trabajadores.
Hay algunos Castillos, como el de Ronneburg, cerca de Frankfurt donde vivo, donde se celebran diferentes actividades que recuerdan la época medieval. En el Mercado Histórico de Pascua o en el Mercado de Mayo Medieval se pueden ver armeros, hilanderos o cesteros con trajes históricos y caballeros con armadura. En el gran torneo en Pentecostés compiten caballeros en justas como las de la Edad Media.
Guardo lindos recuerdos del monasterio de Eberbach, fundado en el siglo XII por San Bernardo de Claraval, donde se recreó para el cine gran parte de la hermosa novela de Umberto Eco «El nombre de la Rosa».
Visitar castillos medievales es una actividad no sólo recreativa si no también educativa, que recomiendo a todo el que tenga la oportunidad de visitar este hermoso país.