Tras quince días de faena, el viernes se cerró la campaña electoral de los ocho candidatos a presidir la Generalitat de Cataluña. Se presagiaba una legislatura tensa e inestable y sin mayorías consistentes, según apuntaban las encuestas tal como ha sucedido, al empatar en escaños (33) PSOE con ERC, fuerza política independentista de izquierda.
El dispositivo montado por la policía local y mozos de escuadra resultó el más ambicioso en la historia de la democracia, garantizando así, la seguridad ciudadana dentro y fuera de los 2.763 colegios electorales. Un objetivo exitoso, dada la pandemia que castiga con dureza esta región.
Más de 5,6 millones de catalanes fueron convocados a votar: Colectivo de riesgo, de 9 a 12, población en general de 12 a 19 y para positivos y contactos estrechos de positivos de 19 a 20 horas. Cumpliéndose a rajatabla, los protocolos exigidos.
Previo a la campaña, el Partido Socialista Catalán (PSC), dio un golpe certero, al revelar por sorpresa, el nombre de Salvador Illa (anti independentista), cómo futuro candidato para relevar a Miquel Iceta como cabeza de cartel y apostar por el que ha sido Ministro de Sanidad del gobierno del Presidente español Pedro Sánchez (PSOE), desde el inicio de la pandemia.
Un canje que provocó un efecto inmediato en las encuestas y que le otorgó al nuevo candidato la posibilidad de una victoria en votos, que podrían ser insuficientes si el independentismo, que se siente maniatado por España y que gobierna el territorio catalán con 7,8 millones de habitantes desde 1975, consigue de nuevo la mayoría absoluta en escaños. Bastaría, con que empujaran todos en el mismo sentido para lograr subsanaran las diferencias existentes entre ellos, durante años.
Este resultado deja dos opciones: un tripartito de izquierdas formado por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), PSC y los comunes o un nuevo Ejecutivo independentista formado por ERC, Junts y la Candidatura de unidad popular (CUP). Sin olvidar a Comú Podem.
La debacle sufrida por los partidos de derecha Ciudadanos y Partido Popular (PP), sitúa en cuarta posición a la formación ultraderechista Vox (7,8%), que supera a estos dos partidos a nivel nacional. Partido Popular (3,8%) y Ciudadanos (5,6%). Un resultado inesperado y preocupante, también para el Presidente Sánchez y su gobierno.
ILLA: Salvador Illa, se caracteriza por su discreción y seriedad como político. Pertenece al PSOE desde 1995 y ha desempeñado varios cargos tanto en Roca del Vallés, su municipio natal, como en el Ayuntamiento de Barcelona como director de Gestión Económica del Ayuntamiento, coordinador del Grupo Municipal Socialista y gerente de Empresa, Cultura e Innovación. Fue también, el Director General de Infraestructuras en la Generalitat de Cataluña.
Salvador Illa fue nombrado desde el 2020, Ministro de Sanidad por el Gobierno del Presidente Pedro Sánchez, siendo el encargado de gestionar la crisis sanitaria que ha deteriorado la normalidad diaria y nos ha llevado a la declaración del estado de alarma. Aunque contrario al independentismo, puede que sus raíces catalanas sean el lazo de unión entre el Gobierno central y los independentistas a la hora de cualquier negociación, como ocurrió con la abstención de los republicanos, para poder investir al actual Presidente de España, Pedro Sánchez.
“Illa comunica, que se presentará a la investidura”. Le deseo un resultado positivo.