La era post covid-19 y post D.Trump trae consigo muchas promesas implícitas en las dinámicas de los principales benchmarks del mercado global.
La retorica de la guerra comercial pierde intensidad y frecuencia, los niveles de incertidumbre a nivel económico se han estabilizado según los principales indicadores, la pandemia persiste, pero según los estudios realizados la vacuna tiene la capacidad de mitigar los riesgos asociados a las mutaciones del virus, en adición, el nuevo presidente de Estados Unidos parece mucho más sensible y estratégico a nivel diplomático y político.
Esta coyuntura junto a la vigente y difundida estrategia de política monetaria expansiva favorece la creación de estímulos e incentivos a la inversión y la búsqueda de modelos de negocio y gobierno sostenible. Cada crisis y cada error que cometemos como sociedad nos enseñan algo muy valioso.
El gran y subestimado problema del cambio climático ha ganado relevancia en los últimos meses, no se necesita mucha perspicacia para inferir que el rezago en la adopción de políticas que desincentiven la inversión en industrias y modelos de producción polutiva busca proteger intereses particulares y empresas tradicionales con alto poder de influencia corrosiva en el tejido biopsicosocial.
Sin lugar a duda, la posibilidad de colaboración en materia medioambiental entre la zona Euro, China y USA, es mayor ahora, desde el primer día de gobierno, Joe Biden firmó el instrumento para revincular al país al acuerdo de París.
Este triangulo entre Norte América, China y Europa y la armonía en materia geopolítica constituirían una fuerza y presión significativa en los organismos multilaterales y se factibiliza el diseño y ejecución de políticas públicas con alcance global, políticas que muy probablemente será fuertemente sugeridas a otros países.
La pandemia del Covid-19 ha advertido y subrayado la importancia y necesidad que tiene la prescripción de políticas públicas globales más integradoras en materia económica, social y de salud, en búsqueda de sostenibilidad.
El cambio climático acelerado, según Harvard, ha sido un factor de alta influencia en la gestación y propagación del virus, de no atacar este problema climático, evolucionará y aumenta con esta evolución la posibilidad de otra pandemia. Lo bueno de esta advertencia es que las instituciones líderes en políticas globales de salud y economía ya empezaron a pensar el cambio climático como un problema de salud pública y una amenaza a la economía.
La universidad católica de Louvain – Bélgica tiene una base de datos con registros de frecuencia en desastres naturales, según el análisis de frecuencia por año, hemos pasado de 165 casos en 1985 a 361 casos en el 2019, un aumento de más del 45% en menos de 35 años, te invito a ver este dato en el siguiente enlace.
Cultivar el optimismo racional es importante. Teniendo en cuenta estas perspectivas podría darse un escenario en el que la retorica de la guerra comercial siga perdiendo frecuencia e intensidad, muy probablemente se sofisticará la lucha por el mercado, se seguirá orientando al desarrollo tecnológico y de servicios, las empresas se verán obligadas a repensar los modelos de negocio en pro de la sostenibilidad y una relación amigable con el medioambiente, en materia de comercio internacional se intensificarán los aranceles a bienes para y/o productos polutivos, para ellos se necesita robustecer e implementar normativas y tecnologías con la capacidad de clasificar y medir el impacto negativo de los bienes.
El apetito por empresas con ese perfil de responsabilidad ya se evidencia en el rendimiento de los portafolios ESG (Environmental, Social, and Corporate Governance), se refiere a los principales tres factores para la medición de la sostenibilidad y el impacto social de una inversión o negocio. En los últimos cinco años, las compañías con una mejor calificación ESG exhiben un retorno promedio superior que aquellas con baja calificación ESG.
Esta dinámica puede ser insuficiente, pero alienta la búsqueda por el interés colectivo, inversionistas buscando empresas sensibles en factores de sostenibilidad, empresas buscando inversionistas y mejorando su relación con el medio ambiente y la sociedad para lograrlo e individuos recibiendo el beneficio indirecto de una sociedad más sensible y critica en el tema.
“El Acuerdo de París (en inglés: Paris Agreement; en francés: Accord de Paris) es un acuerdo dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que establece medidas para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). El acuerdo busca mantener el aumento de la temperatura global promedio por debajo de los 2 °C por encima de los niveles preindustriales, y perseguir esfuerzos para limitar el aumento a 1.5 °C, reconociendo que esto reduciría significativamente los riesgos y efectos del cambio climático.”
Mejor Saber Pro a nivel país en Administración y afines (2016). Profesional en Administración y Negocios Internacionales. Magister en Administración. Magister en Ingeniería Financiera. Participó en un equipo de Analítica Avanzada en una FinTech se desempeña actualmente como Gerente Financiero de una constructora en USA y también como trader financiero independiente.