El pasado 11 de febrero tomé la decisión de unirme al Pacto Histórico que propone Gustavo Petro y muchos otros sectores alternativos del poder político. Hoy estoy convencido que fue una decisión ética y absolutamente necesaria. La situación actual del país es crítica.
Los problemas sociales que hemos tenido casi desde que somos una república se han acentuado por la grave crisis económica y de salud pública producida por una pandemia que no tiene piedad de los países que, como nosotros, no están preparados ni para atender las necesidades básicas de la población en una situación de normalidad.
Además, la desigualdad económica es un cáncer que hace metástasis y que hunde en la pobreza absoluta a millones de colombianos mientras unos pocos acumulan riquezas absurdas que les permiten adueñarse de todos los medios de producción y permear de tal forma el poder político con el único fin de hacerse más ricos.
Esta repugnante desigualdad rompe con nuestra institucionalidad y afecta gravemente la separación del poder y los controles al mismo. Por ello, una convergencia amplia, realmente democrática, que esté absolutamente comprometida con la paz, con la justicia ambiental y, sobre todo, con la justicia social, es necesaria y es a la vez un acto valiente que pretende arrebatar el poder de las manos de quienes realmente nos han gobernado durante las últimas décadas y que son los grandes responsables de la realidad actual. Esta coalición agrupa fuerzas progresistas importantes como Colombia Humana, Unión Patriótica, Partido Comunista Colombiano, Polo Democrático Alternativo, Mais, Partido de Trabajo Colombia, Unidad Democrática, Partido Comunes y Todos Somos Colombia, además de estas colectividades nos hemos unido varios ciudadanos con la firme convicción de que Colombia necesita un cambio.
En el Caribe las fuerzas se han medido por los clanes de siempre, quienes han administrado la desigualdad y han visto con desidia territorios hoy abandonados a su suerte. Hemos asumido el reto de visitar cada rincón del Atlántico, escuchando las necesidades de la gente y su visión de país, porque serán ellos los constructores de este pacto.
Es el primer pacto de y para la gente y por eso hará historia. Muchos se preguntan cuál es el siguiente paso y mi respuesta es que es imperativo construir mayorías en el Congreso. No será posible realizar un cambio social y económico mientras el Congreso continúe cooptado por los mismos sectores empresariales que hoy lo dominan. No será posible realizar ningún cambio mientras personajes como Luis Carlos Sarmiento Angulo continúen ufanándose en los medios de comunicación de su poder de injerencia en la construcción de las leyes, aún cuando nunca en su vida ha recibido un solo voto. No será ningún cambio si se sigue legislando y gobernando en contra de la clase media y baja, de los microempresarios y de los más vulnerables. Es el momento de apoyar un cambio.