En marzo de 2020, A través de la Resolución 453 de 2020 y en el marco de la emergencia sanitaria declarada en Colombia, el Ministerio de Salud y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, establecieron las medidas de control en algunos establecimientos por causa del Covid-19, las cuales inicialmente regirían hasta el 15 de abril del mismo año.
En ese documento se determinaba como medida sanitaria preventiva y de control en todo el territorio nacional la clausura de los establecimientos y locales comerciales de esparcimiento y diversión, de baile, ocio y entretenimiento, y de juegos de azar y apuestas (casinos, bingos y terminales de juegos de video).
Desafortunadamente el creciente número de infectados que se registró y luego la segunda ola de contagios que se presentó durante el inicio del 2021 obligó a establecer restricciones severas para contrarrestar el avance de esta pandemia. El toque de queda, la ley seca y otro tipo de medidas adoptadas obligó al cierre temporal de aproximadamente 27.000 gastrobares en todo el país, que sumados a los restaurantes que incluyen en sus menús bebidas alcohólicas los establecimientos nocturnos cerrados alcanzaron los 63.000, y representaron en ese momento una pérdida de 300 mil empleos.
Luego, de acuerdo con los Decretos 1569 del Ministerio de Salud y el 1168 del Ministerio del Interior los cuales abrieron la posibilidad desde el 9 de septiembre de 2020 para que la vida nocturna y las celebraciones volvieran a ser la carta que incentivara a los establecimientos nocturnos, una suma considerable de bares y gastrobares del país no alcanzaron a ese punto, debido a que se vieron forzados a cerrar sus puertas definitivamente antes de que esto sucediera. Los pocos que lograron sobrellevar la crisis se habían empezado a recuperar durante el último trimestre del año anterior y luego volvió a sentirse la cruda realidad.
El caso es que los propietarios de gastrobares están sumidos en una angustiosa incertidumbre. La situación es crítica, debido a que, desde diciembre pasado, estos sitios de entretenimiento nocturno tienen prohibido su funcionamiento hasta que exista un protocolo y reglamentación para su apertura.
Su futuro depende de lo que indiquen las cifras de avance de la pandemia. Temen, con razón, no haber sobrevivido cuando las condiciones estén dadas. Ya llegó la hora de trabajar conjuntamente con este sector y explorar alternativas que traigan reglas de juego claras, donde haya seguridad jurídica para quienes han hecho esfuerzos por sobrevivir en medio del caos y para quienes tienen las ganas de empezar de nuevo.
El desafío más crucial de la reactivación es la creación de miles de puestos de trabajo, y este sector es y será un gran aliado para poner a circular el dinero y generar miles de plazas.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López Hernández, en medio de protestas, rechazos y acusaciones por tomar medidas improvisadas sin concertación con el sector afectado e impedir el derecho a la protesta, ha realizado hace algunos días una serie de anuncios, entre ellos alguno según el cual los gastrobares quedarán limitados en su accionar, lo cual tiene descontentos a los dueños y trabajadores de estos porque consideran que los perjudica y prácticamente los condena a la quiebra.
Para los que nos encantan los análisis financieros, que difícil debe ser algunas proyecciones cuando estas deben considerar las decisiones de una alcaldesa impulsiva, irresponsable y de criterios y posiciones cambiantes casi que a diario.
A pesar que muchos han celebrado esta medida, la situación no deja de preocupar, en medio de un panorama que registra cierto optimismo por la llegada de las vacunas y por la considerable reducción en los casos que se registran día a día en país, para otros, estos anuncios son lamentables porque atentan aún más contra sus disminuidas arcas.
Hoy, las zonas rosas de cada ciudad se han convertido en una proliferación de letreros en venta y arriendo. Sin temor a equivocarme, el llamado debe ser a agilizar tramites trabajar en una evaluación del costo epidemiológico que tendría el funcionamiento gradual de los negocios y de acuerdo con el comportamiento ir evaluando el impacto de este tipo de medidas, con los empresarios con el fin de planear las acciones derivadas de las restricciones impuestas; no existe una forma de reaccionar ante clientes y proveedores de un día para otro, lo cual debe ser tenido en cuenta, pues los empresarios han incrementado sus inventarios con base en las reservas realizadas por clientes.
No podemos condenar a un sector económico importante mientras que la indisciplina social sigue poniendo contra la espada y la pared a las autoridades, razón por la cual lo que se considera focos de contagio, es decir, las aglomeraciones, las fiestas clandestinas, la informalidad sin medidas sanitarias, las reuniones familiares sin control, los alquileres de espacios privados deben ser incluidos como objetivos de las políticas públicas y su contención del contagio.
Se ha desperdiciado tiempo importante en el trabajo de la cultura ciudadana en los territorios, en el espacio público y esas consecuencias las han asumido durante un largo tiempo los propietarios de este tipo de negocios. Resulta bastante contradictorio la existencia de permisividad frente a cierto tipo de aglomeraciones y que de forma paralela se restrinjan las practicas comerciales enmarcadas en la formalidad y de quienes han realizado inversiones tendientes garantizar la seguridad, la salud y el bienestar de los clientes y del personal que labora, sin perder de vista que son generadores de empleo, que tributan y cumplen con las medidas nacionales y certificaciones locales de bioseguridad.
Posdata: Se fue el maestro Jorge Oñate, en una noche sin luceros como decía en una de sus canciones; los tiempos de la cometa ahora si es cierto que no volverán. Vuela alto maestro, lo diré siempre, fue tu voz y tu música la que incubaron en mi un amor profundo por el vallenato. ¡Descansa en paz jilguero! Para despedirme cito a mi padre Julio Manzur:
“Es mi cobertor la nostalgia porque no estarás presente en el que será imborrable homenaje que te rendirá el Festival de la Leyenda Vallenata a tu nombre, a tu dedicación, a tus triunfos grandeza y nobleza, a tu voz y al espíritu con que engalanaste el vallenato hasta incrustrarlo con tu voz de ruiseñor llena de folclor, no solo en dos corazones, como reza tu canción, sino en lo profundo de millones de corazones que hoy sangran de dolor.”