Hablar de economía subterránea, es introducirnos en el mundo de lo imaginable por su complejidad, muy a pesar de ser un elemento de vivencia cotidiana, es muy difícil de cuantificar y lo peor, de nunca acabar. En países como Colombia que se encuentran en aparente vía de desarrollo, es normal observar como fluye, por un lado la supervivencia, y por el otro el enriquecimiento ilícito.
En cuando a la supervivencia encontramos vendedores estacionarios, ambulantes, mototaxismo, bicitaxistas, rifas ilegales, entre muchas más, pero lo que verdaderamente mueve la economía nuestra es el mercado de las sombras o mercado negro. El impresionante comercio ilegal de productos o servicios que por ser clandestinos, evaden el pago de impuestos y aranceles, matando las empresas legalmente constituidas y que pagan sus impuestos, pero, tanto los unos como los otros, no entran dentro de las cuentas del Estado, aumentando los famosos huecos fiscales, que han sido “caballitos de batalla” de muchas administraciones.
Pero, la economía subterránea tiene otras aristas mucho más complicadas y el Gobierno y las autoridades lo saben, contrabando de licores y cigarrillos, crimen organizado, narcotráfico, tráfico de armas, minería ilegal, trata de blancas, secuestro, extorsión, pornografía infantil, falsificación y venta de medicamentos expirados, gota a gota, objetos de colección de piezas precolombinas, tráfico de órganos biológicos, tala y venta indiscriminada de madera ilegal, y pare de contar, que mueven billones y billones sin reportar un solo centavo a la DIAN, con fatal incidencia en el crecimiento económico de nuestro país..
Al conocer que la economía subterránea es un conjunto de actividades que se encuentran al margen de la ley, el Estado debe buscar sus soluciones, reducir los índices de informalidad laboral, y más controles a la evasión, pero sin retórica, ya que se observa que trimestre tras trimestre el DANE, reporta esos índices, pero no hay resultados a la vista, la gente sale diariamente al “rebusque” sin pensar “en el día siguiente” y los de las sombras aumentando cada día sus ganancias
Lo que debemos entender, es que ese fenómeno no es solamente de Colombia, y tampoco lo resolvemos los colombianos, se requiere una alianza global, y un buen aporte regional. Ya varios sectores políticos y económicos se están pronunciando para la próxima reforma laboral, y se observa con preocupación que se incluyan elementos “tibios” y no de fuerza mayor que ayuden a contrarrestar el fenómeno de la economía subterránea. Veamos algunos ejemplos.
El Centro Democrático, en su proyecto de ley que será presentado el 20 de Julio ante el Congreso de Colombia, propondrá: “…ampliar la cobertura de programas sociales en educación con gratuidad focalizada, fomentar la contratación laboral formal de jóvenes, garantizar la protección del empleo formal, incrementar la solidaridad para el adulto mayor, eliminar la pobreza extrema, contribuir a la reducción de la pobreza monetaria y establecer medidas para la austeridad del gasto público y la redefinición de la regla fiscal”.
La Colombia Humana, propone “una reforma para que el Estado pueda responder a las demandas de los ciudadanos…pasar bienes de la canasta familiar, por grado de nutrientes, del régimen de excluidos al de exentos, aumento de la justicia social, y de la producción, impuestos a los dineros y patrimonios atesorados sin fines productivos…estudiar las falencias en las exenciones a las empresas privadas y los bonos de títulos de deuda para particulares. Para el aumento el recaudo, incrementar los impuestos a sectores corporativos poderosos como petroleras y sector financiero”.
Los gremios también tienen sus intereses sin comprometerse con el tema en mención, la ANDI, propone tres puntos importantes: “…aplazamiento de la reducción del impuesto de renta y del descuento de ICA y un impuesto transitorio al patrimonio, con una tarifa del 1% para personas naturales con un patrimonio líquido superior a $ 5.000 millones”.
ANIF considera que “…el impuesto de renta se debe mantener inalterada tanto la estructura de tarifas marginales vigente como el umbral bajo el cual las personas empiezan a declarar y pagar el impuesto, propone una sobretasa temporal y reducción del monto deducible al 25% para los declarantes de más altos ingresos, y la implementación de una tarifa plana de 10% a las pensiones con una mesada mayor a $ 6 millones”.
Mientras, La Academia en una alianza entre las principales universidades y centros de pensamiento del país (Universidad Javeriana, Universidad Externado de Colombia, Universidad del Rosario, Universidad de los Andes y la Fescol. No incluyen, sin saber los motivos, a las universidades públicas) propone:”…no a cambios al IVA ni se sube el impuesto al consumo. Ningún trabajador ni pensionado que gane menos de 6 millones de pesos pagaría más en impuesto de renta que bajo las normas actuales. Se reduce el impuesto de renta de las empresas pequeñas y medianas del 30% al 24%, no a sobretasas e impuestos temporales a personas naturales y a empresas, eliminación de beneficios tributarios a empresas y aumento de los impuestos que pagan los colombianos de más altos ingresos»
Fedesarrollo, considera que la reforma debe abordar tres pilares esenciales: “…aumento del recaudo…recorte del gasto público y paquete de medidas antievasión y antielusión”, siendo la que más se acerca a las medidas para contrarrestar la economía subterránea.
El Estado tiene la palabra…los dineros para el hueco fiscal están allí…hay que buscarlos con medidas de rápido cumplimiento…