Recientemente en el foro denominado «Proteínas para todos: la importancia de la calidad de las proteínas para los sistemas alimentarios sostenibles y equitativos» promovido por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), de manera concluyente los expertos del tema expresaron que era necesario la promoción del acceso universal e inclusión en la dieta de proteínas de origen animal, con especial énfasis en los países pobres. Igualmente, se resaltó, que si bien las proteínas de origen vegetal son importantes no reemplazan las de origen animal, porque no tienen todos los aminoácidos esenciales que están presentes en las carnes.
Paul Moughan del Instituto Riddet (Nueva Zelanda) arguyó «No solamente la cantidad de proteína que las personas consumen es de fundamental importancia. También la calidad debe ser considerada a la hora de evaluar las dietas, y sólo una gama diversa de proteínas garantiza una dieta balanceada y saludable«
Hablando de seguridad alimentaria, se tiene para Colombia en concordancia con la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (ELCSA), que a nivel de hogares se experimentan restricciones en la ingesta y en la calidad que se consume, se hacen ajustes a la cantidad de alimentos consumidos, se disminuyen las raciones que se ingieren o se saltan tiempos de comida; más adelante el hambre se hace presente sin que se pueda satisfacer adecuadamente.
Por otro lado, según la OPS (2019) en nuestro país en productos ultraprocesados, que ya hoy son de consumo masivo, se componen a nivel calóricos de 43% de azúcares, 25% de otro tipo de carbohidratos, 16% de grasas, 11% de grasas saturadas y solo 5% de proteínas ¿Será que el costo beneficio de estos productos es adecuado nutricionalmente?
Se debe estudiar y reorganizar el esquema productivo de alimentos y de acceso nutricional. Agricultura urbana, producción sostenible, promoción productiva de especies nativas promisorias, menor dependencia de alimento animal concentrado, patios productivos, diversificación pecuaria, apoyo a producción domesticas de especies menores, apoyo al productor agrícola, menos importaciones innecesarias, reducción de la intermediación salvaje, sustentación de precios, investigación y transferencia tecnológica, son solo una muestra de lo que puede hacerse.
En resumen seguridad y soberanía alimentaria conjugadas en un plan nacional de mediano plazo que apoye la necesidad palpable que a este nivel se observa y que como consecuencia genera pobreza y desnutrición. Lo planteado no es nuevo pero si necesario. Al respecto, en su Sentencia C-644/12, la Corte Constitucional define la seguridad alimentaria como el grado de garantía que debe tener toda la población, de poder disponer y tener acceso oportuno y permanente a los alimentos que cubran sus requerimientos nutricionales, tratando de reducir la dependencia externa y tomando en consideración la conservación y el equilibrio del ecosistema para beneficio de las generaciones futuras.
Debe haber un cambio en la organización del sistema productivo y comercial de alimentos, fundamentado en las potencialidades y realidades del país. No es suficiente seguir con la crítica hay que pasar a la acción y proponer y ejecutar de verdad.
Las vacas, por ejemplo, son necesaria y no pueden seguir siendo la res expiatoria. Pero, debemos tener presente que los sistemas agrícolas deben ser pensados en términos de sostenibilidad para que su productividad a pesar de las características naturales, económicas y sociales, internas o externas, que puedan darse, no sean debilidades sino fortalezas.
Por qué no pensar en ganadería ecológica, diversificación de producción pecuaria, agricultura ecológica, agricultura biodinámica, permacultura, producción integrada, agroecología. Llevando estos modelos a una escala media o macro. También pensar que, si se llevan a una escala micro de gran dispersión, se podría tener producción in situ ampliamente disponible, de mayor acceso al consumidor, de menor costo, variada y de alto nivel nutricional, al tiempo que se le da oportunidad al pequeño productor de ser un empresario.