Epa Colombia, muy conocida influencer ¿es así como llaman hoy a las «estrelladas» perdón estrellas de las redes sociales? Bueno… si esas; es una polémica joven que a punta de martillazos a trasmilenio en Bogotá terminó de saltar a la cana… no, no no… a la fama. Fue condenada a 63 meses y 15 días de prisión por actos vandálicos durante el paro de 2019.
Si, esa misma jovencita que incursionó en el mundo de las keratinas y que hoy económicamente la vida le sonríe, solicita una segunda oportunidad y realmente se la merece, porque tengo entendido ha presentado una resocialización evidente, que ni otros que han cometido más graves delitos, se pueden ufanar de ello.
«Comprame la keratina amiga, mua» es la frase que hasta al expresidente Alvaro Uribe, puso Epa a repetir, lo cual conmocionó a las redes, porque se daba por hecho que Epa era izquierdista después de haber hecho grafitis y repartido martillazos contra Duque, resultó comiendo empanadas con Uribe y produciendo un «soponcio» en la histérica izquierda colombiana, que al ver el vídeo, quedaron plof como «condorito». Resulta que si exploramos a fondo ella no es siquiera política. Es influencer, emprendedora hoy día y no más.
Todo este «epa je» aludiendo al muy raizal grito de fiesta sabanera «güepa je» lo traigo a colación porque las segundas oportunidades son bienvenidas al punto de ser una obligación de la sociedad y la justicia brindarlas, lo que debe ir correlacionado y en proporción a la falta.
No es lo mismo una segunda oportunidad a un criminal que a una desordenada y alevosa joven como ella que merece ser reprendida públicamente, más no exagerar la consecuencia de su desmedido acto, del cual con hechos ha demostrado su arrepentimiento y no reincidencia.
El emprendimiento de Epa con las Keratinas, debe ser a donde se dirijan los reflectores, y ese económico acto de crear empresa, servir de sustento a muchas familias y de paso embellecer a la mujer, merece ser impulsado y no sepultado.
Son veinticinco años de edad que tiene, toda una vida por delante que explotar, donde el escudriñador ojo de la sociedad la va a estar acompañando y no puede darse el lujo de meter las de caminar porque terceras oportunidades se salen de todo lo previsto. Su comportamiento debe ser ejemplar, lo que no es sinónimo de no verse envuelta en sanas polémicas, como las empanadas con Uribe.
Que a Epa le den su segunda oportunidad y el “güepa je” retumbe en el territorio nacional como primicia de alegría y provecho de ese salvavidas que le de la vida a Daneidy Barrera Rojas, nombre de pila de Epa, sería maravilloso. «Amiga comprame la keratina y mua»



