No es algo que nos enseñen en el colegio y casi nunca hace parte de la educación impartida en casa pero hace parte de la estabilidad emocional tan perseguida, nadie puede dar algo que no tiene. Muchos se pasan la vida esperando una media naranja que les complemente y en este afán nunca se dan cuenta que son la naranja completa y que puedes amar, ser feliz y realizarte al lado de alguien, pero puedes también ser solo y muchas veces conseguir niveles de estabilidad muy superiores, si de verdad te centras en qué es a ti a quien debes amar y aceptar antes que nada ni nadie.
Soledad, miedo, enfado, vergüenza o culpa, son según los psicólogos características de quienes no tienen un auto estima fuerte, lo que los lleva a no poner límites, permitir mal trato emocional, sicológico y hasta físico.
La sexóloga Flavia Dos Santos afirma lo siguiente: “amarse es ser coherentes con las cosas que uno quiere realizar y hace bien. Muchas personas hablan de amarse a sí mismas pero son incapaces de buscar esas formas de amor. Es decir, saben que les gusta practicar determinadas actividades, pero no se permiten hacerlas”.
Tratar de complacer siempre a otros pasando por encima de sus preferencias, es la manera más tirana de alejarse de su amor propio, debemos aceptarnos, respetarnos, creer y confiar en nosotros mismos es la puerta que nos conduce a nuestro crecimiento interior.
Es que esto como al inicio manifesté no lo explican en un texto escolar, no lo dicen a diario en la casa, pero está implícito en cosas básicas, la religión Cristiana, Mateo 22, 39 y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Esto nos indica que para poder amar a otro, debemos empezar por amarnos a nosotros mismos, los pronombres personales, la primera persona es “YO” dejando así claro que debemos partir de nosotros mismos, cuando se tiene amor propio, las personas se aceptan y respetan a sí mismas, confían y creen en sus habilidades.
Llegar a esto es importante, pero no es un camino fácil, pues el amor propio es más profundo que la autoestima, porque exige un “proceso de introspección, análisis y confrontación que no todos están dispuestos a ejecutar. Se trata de aceptarnos tal y como somos incondicionalmente, con luces y sombras y aprender a convivir con nuestros espejos.
Es muy común confundir amor propio, ego y auto estima, las acciones del ser humano están cimentadas en el ego, ni tiene que ver con qué las intenciones de estas acciones sean buenas o según la psicóloga Alisson Skinner, “amarnos a nosotros mismos nos da una vida más plena, nos permite ver todo de manera enriquecida, y así mismo emanamos ese amor a todo lo que nos rodea”.