Suena absurdo, pero en Colombia llevamos cientos de años sin resolver el problema de las tierras, su distribución y la calidad de producción. Una de las primeras apuestas en la historia de Colombia para distribuir el campo la hace López Pumarejo, donde establece el sentido social de la propiedad privada, y donde por primera vez en Colombia un Presidente hace una reforma agraria que le dice a los campesinos y terratenientes que las personas que puedan demostrar que explotaron bien la tierra por 5 años podrá recibir sus títulos. Esta, además de la justicia social, tenía el propósito de reducir la violencia en el campo.
Por el proceso de paz, se hizo una apuesta mediante la Agencia Nacional de Tierras y los jueces de paz, para restituir la tierra a las familias que la perdieron en el conflicto armado, pero más allá de la lentitud de su proceso y varias críticas a sus resultados, en Colombia no hemos tenido la discusión sobre lo que se necesita para producir mejor, más barato, y generar la posibilidad de competir tanto nacional como internacionalmente.
Pero ¿Qué necesitamos para esto? Aprovechemos que son elecciones y revisemos las propuestas de los candidatos presidenciales y al Congreso. En esta revisión, lastimosamente, se encuentran más problemas que soluciones, aquí van algunas:
Empecemos por los grandes males que nos quieren causar Petro y Robledo por su postura fuerte y decidida contra de los TLC de Colombia con diferentes países, que logran reducir notablemente los precios de alimentación de todos los Colombianos, por una preocupación real, que consiste en fortalecer la industria interna, pero que parte de una receta dañina que puede afectar aún más los precios de los alimentos.
Sumado a propuestas populistas como las de Miguel Samper del Partido Verde que busca imponer precios a la brava en el campo sin siquiera un estudio de mercado, y nuevamente aplicando propuestas que a nivel internacional solo han fallado y han desabastecido a decenas de naciones.
El único buen consenso que existe por lo menos en el Partido Salvación Nacional, Centro Democrático y hasta en los candidatos Gaviria y Fajardo es la importancia de hacer las vías terciarias para abaratar la movilidad de alimentos, pero que se queda corta en materia de tecnificación. Solo desde Salvación Nacional se está hablando de tecnificar y mejorar los procesos de cultivos del campo para también reducir costos al campesino, y que este pueda producir en el mismo terreno más alimentos en menos tiempo y con mejores insumos.
Al campo no se le puede cerrar al exterior por capricho, se debe mantener abierto y en medida que surjan más necesidades invertir en tecnificación. Se lo debemos al campo y a Colombia.