Tras recorrer 1.350 kilómetros, desde la laguna el Buey (Cauca) hasta Bocas de Guacamayo (Bolívar), el río Cauca cambia de colores por acción antrópica en cada uno de los 180 municipios que bordea. Su paso por la región Mojana es nefasto por la contaminación por mercurio, y el sedimento que arrastra hace que sus aguas se desborden sin control produciendo inundaciones.
Según estudios realizados por el Grupo de Química Ambiental y Computacional de la Universidad de Cartagena, y con el apoyo de Colciencias, igualmente un grupo de científicos de la Universidad de Antioquia e investigadores particulares, se pudo comprobar que el Cauca, el segundo río más importante de Colombia, presenta altos índices de contaminación por mercurio (Hg) y otros elementos pesados que lo convierten en un grande peligro para todos los pobladores que están en su área de influencia.
De acuerdo a los resultados de esas investigaciones, en el río Cauca, a lo largo de su caudal, especialmente a su paso por la región Mojana que comparten los departamentos de Antioquia, Córdoba, Sucre y Bolívar, existen concentraciones de mercurio muy altas que promedian 5.3 partículas por millón (ppm) cuando lo tolerable en los humanos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 0.5 ppm.
Lo anterior es atribuido a la intensa actividad minera a escala artesanal e industrial, legal e ilegal, en los ríos Caribona y Nechí, afluentes del Cauca, donde los investigadores calculan que, anualmente se extraen 18 toneladas de oro y para lo cual utilizan entre 80 a 100 toneladas de mercurio, elemento químico esencial para amalgamar el oro y separarlo de la tierra y otros minerales, pero su volatilidad hace que caiga en los cuerpos de agua, entonces allí se convierte en metilmercurio aumentado su toxicidad. Expertos calculan que en la serranía de San Lucas, incluyendo la Mojana y el nordeste Antioqueño, hay 12 mil minas de oro, la mayoría sin ningún control de las autoridades ambientales.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mercurio puede producir deficiencias neuropsicológicas o cognitivas, su principal blanco es el sistema nervioso. Por ser un elemento pesado no es filtrado por los riñones, creando un problema nefríco en los humanos. El metilmercurio en los cuerpos de agua contamina a plantas muy diminutas que sirven de alimentos a los peces menores y, estos a su vez, a los grandes, hasta llegar a los humanos que se alimentan de la riqueza ictiológica del rio y otros cuerpos de agua. La contaminación por mercurio también puede darse por vías respiratorias y al contacto con la piel, según el internista y urólogo Henry Quiroz de la clínica de urología Santa Bárbara de Sincelejo.
En municipios como Guaranda, Sucre, con una población de 23 mil habitantes, el 70 por ciento de sus pobladores tiene o ha tenido alguna afectación por mercurio, según los registros compilados por la Personera Kelly Barriosnuevo Payares, quien advierte que, “todo el pueblo está expuesto a contaminarse por la proximidad al rio Cauca del que extraen peces y sus aguas son utilizadas para varias actividades agropecuarias y del hogar”. Esa situación también la sufren los 12 municipios que conforman la región Mojana, una zona que hace las veces delta para los ríos, Cauca, San Jorge, Nechí y Caribona.
Según la Secretaria de Salud de Sucre, el mayor número de niños que nacen con mal formaciones, especialmente labio leporino, provienen de esa región, igualmente hay un importante grupo de adultos que presentan problemas renales y son sometidos a la tortura de tener que viajar desde esa región hasta Sincelejo, un recorrido de 500 kilómetros ida y vuelta, tres veces a la semana, para hacerse diálisis, porque en la Mojana, una región de 280 mil habitantes, equivalente a la población de Sincelejo, no hay una unidad renal.
Pese al clamor de los líderes locales y de los afectados para que actúen ante esa difícil situación por las inundaciones y contaminación, no hay acciones efectivas y, la desesperanza crece al asegurar el Contralor Ambiental, Jorge Enrique Cruz, que las CAR, entidades encargadas del medio ambiente, no están acreditadas ante el Instituto de Hidrología Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) para hacer el análisis del mercurio en el agua, ni son monitoreadas las concentraciones de mercurio, en las cuencas hidrográficas.
Inundaciones
La región Mojana es más conocida por sus repetidas inundaciones que por su productividad arrocera, en esta zona se cosechan unas 70 mil toneladas de arroz anualmente, según Johnny Álvarez, presidente del comité de Arroceros de la región. En los últimos 12 años los aluviones han sido recios e incontrolables, dejando una estela de miseria y desolación en toda la zona.
“No es que ahora llueva más que antes, es que el río Cauca está muy llano”, anotó Álvaro Beltrán, un campesino de Guaranda, en medio de la inundación de su parcela arruinada por acción de la corriente desbordada del río. Los estudios técnicos de varias universidades sobre batimetría en esa zona, le han dado la razón, las inundaciones se producen por la alta sedimentación en el cauce del Cauca, y por los constantes movimientos de tierra en la zona minera río arriba.
Y, es que para obtener 1 lingote de oro de 600 gramos, es necesario remover 5 toneladas de tierra que caen al río o es llevada por pequeñas corrientes hasta su lecho, dice el informe final de los estudios de la Universidad de Cartagena.
En la minería a gran escala y legalizada, aunque no dejan escapar mercurio a las cuencas de agua por utilizar tecnología de punta, si hacen remoción de tierras en el fondo del río con sus gigantes dragas, y la corriente arrastra ese lastre desde la zona minera en el nordeste antioqueño hasta la Mojana, zona donde se producen las inundaciones.
El agua y lodo contaminado con mercurio, se salen del cauce y se esparcen por una vasta región dejando a su paso pobreza, miseria y daños ambientales irreparables, pérdidas de cultivos, familias que huyen de sus parcelas para no morir ahogados, animales muertos y la desfiguración del paisaje.
En la última inundación por el rompimiento del río Cauca, cerca de San Jacinto El Cauca, Bolívar, en el sitio conocido como Cara e Gato, el pasado mes de agosto, de una abertura aproximada de mil metros, tres meses después y con una inversión superior a los 22 mil millones de pesos por parte del gobierno nacional, no ha podido ser cerrada. Por ahí, prácticamente el rio cambió su cauce.
Más de 45 mil hectáreas de arroz y otros productos agrícolas quedaron bajo sus aguas, según el informe recogido por la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y Desastre (UNRD), al menos 3 mil cabezas de ganado y animales de corral murieron ahogadas, informó El Comité de Ganaderos de la Mojana y, lo peor, de acuerdo a los censos de los municipios más afectados, cerca de 40 mil familias tuvieron que salir despavoridas huyéndole a la creciente que desoló sus parcelas, la mayoría solo pudo empacar en su alma, el recuerdo de sus pertenencias, el rio les quitó todo, Hoy viven entre cambuches improvisados sobre la carretera que comunica a esa región sur de Sucre, con el resto del departamento, soportando hambre, plagas, y toda clase de adversidades.
El Gobierno insiste en solucionar el problema colocando jarillones o terraplenes en la margen izquierda del rio, estrategia que ha fracasado a los largo de los últimos 40 años, el rio cada vez es más llano por su creciente sedimentación ocasionada por la progresiva actividad minera. En Consecuencia, la Mojana, pasó de ser la despensa agrícola de Colombia, por sus ubérrimas tierras y su gran producción de arroz, a convertirse en un problema ambiental y de salud pública, y…todo por el oro.