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Por: Lic. Andrés Cavadía Tapias | Especialista: Alta gerencia y Desarrollo Deportivo.
Un plan de desarrollo gubernamental debe ser oportuno en base a criterios que están dentro de la ley y del espíritu institucional del país, pero, además, tiene la obligación de ser consecuente con las necesidades del contexto, por eso es pertinente afirmar que es una reculada para la ciudad el hecho de fusionar el ente deportivo de Cartagena y el área de cultura, convirtiendo dicha fusión en una secretaría.
La cultura está un poco más ligada al turismo, al tema patrimonial. El deporte debe estar relacionado al bienestar y al desarrollo humano de las gentes, de los niños, adolescentes y mujeres. No compiten estos dos conceptos, pero cada uno tiene una preocupación distinta, unos objetivos específicos, y deben, en este sentido, tener un ente administrativo particular e independiente convertido en secretaría, que son entes centralizados bajo la máxima autoridad del alcalde, se desarrollarían los procesos más amarrados y subordinados a él, y lo más complicado, los recursos tienen que dar una vuelta por la administración y el manejo se hace más lento, complicado. Eso no significa que los Institutos no sean sujetos a esta máxima autoridad, en la medida en que también son cuotas políticas del alcalde de turno o de un financista de su campaña. Sin embargo, los entes descentralizados, tienen un consejo directivo que garantiza mecanismos de participación, así nos sean muy eficientes, como hoy en día que adolecen de una desconcentración de sus programas y de sus servicios en todo el Distrito y hay una problemática evidente con el manejo de sus recursos que es lo más preocupante.
Lamentablemente los institutos de deportes no utilizan toda la potencialidad de esos recursos, es decir el que puedan hacer convenios, gestionar muchos más recursos, alianzas, potencialidad que se reduciría radicalmente al cambiar su naturaleza administrativa, porque siendo secretarias no pueden hacer nada de manera independiente puesto que todo lo tiene que firmar el alcalde como Instituto, el director o gerente, puede hacer todo lo descrito, otra cosa es que se dediquen a hacer lo menos: hacer unos programas y gastarse el presupuesto, pero gestión cero, alianzas desde el punto de vista de los recursos cero, proyectos de largo plazo cero, muchas cosas que podrían hacerse, por ejemplo, con las tres localidades que tiene Cartagena, todo lo podrían montar en un rediseño institucional, pero de eso absolutamente nada.
Cartagena como Distrito, tiene obligaciones constitucionales legales, como acercar al ciudadano al gobierno, por eso es muy importante que la estructura administrativa de la ciudad sea descentralizada, por el logro de haberse creado el Ministerio del Deporte, significa que hay una autonomía administrativa en la arquitectura institucional para el deporte, la recreación, la actividad y educación física, esto demuestra que se requiere de una autonomía como es el caso de Cartagena.
De acuerdo a las normas, los Distritos deben promover y profundizar la democracia participativa, aumentar la participación ciudadana en la toma de decisiones; de esta manera lo que propone el alcalde de fusionar en una secretaría la cultura y el deporte debe ser sometido a una discusión pública ciudadana.
El alcalde de acuerdo a la ley 617, tiene facultades para ejecutar lo que en este caso propone, pero no puede vulnerar los principios del Distrito, como promover la descentralización, profundizar la democracia participativa, no puede violar la autonomía del sector, negando la participación ciudadana, violando la ley 181 del deporte, que obliga a que por cada entidad territorial exista un ente responsable del deporte y la recreación.
Ahora mismo en Cartagena de Indias está bajo amenaza, la niñez, la juventud y las mujeres sin espacio institucional para el deporte. La recreación, la actividad y la educación física, menguadas por el sedentarismo, la droga, las pandillas, la violencia, el mototaxismo, los embarazos a temprana edad, el alcoholismo, la prostitución, el mal estado de la infraestructura educativa, los índices de comorbilidad en niños y adolescentes, la violencia y sus conflictos sociales.
La falta de oportunidades a los adolescentes, se une el trabajo informal a temprana edad, cada día se abre más la brecha hacia la pobreza e indigencia y para finalizar ahora se le niega la posibilidad de gozar y ejercer el derecho fundamental del deporte y la recreación puesto que al desaparecer la autonomía administrativa del deporte se viola este derecho en los niños, jóvenes, y mujeres en toda la ciudad.