Hay quienes rinden culto a su propia persona, y para ello se necesita un ego desbordante. Esto puede darse en cualquier esfera de la sociedad, sin importar estrato, color, raza o riqueza.
Recientemente Sincelejo celebró las tradicionales Fiestas del 20 de Enero, cuyo eje central son las corralejas, el alma de estas festividades que atraen a miles de personas de diversas regiones. Sin embargo, estas celebraciones llevan consigo el recuerdo amargo de la tragedia ocurrida en 1980, cuando el desplome de las corralejas dejó centenares de familias enlutadas, convirtiéndose en noticia nacional e internacional. Este trágico episodio marcó profundamente a la capital del departamento de Sucre llevando a la suspensión temporal de las corralejas. Aunque las fiestas continuaron, ningún evento alternativo, como los reinados nacionales o los desfiles de carrozas, logró llenar el vacío.
A lo largo de los años, muchos alcaldes intentaron recuperar las corralejas, pero las acciones legales emprendidas por quienes aún sufrían la pérdida de sus seres queridos lo impedían. Sin embargo, la tradición y la insistencia popular terminaron prevaleciendo, logrando que el evento retornara paulatinamente. En este 2025, los palcos han vuelto a llenarse con aficionados que disfrutan del espectáculo con la misma pasión de antaño.
Este año, en respuesta a la creciente presión social, se implementaron medidas para mitigar el maltrato a los toros. Entre ellas, destaca la suspensión de un garrochero y dos banderilleros que infringieron las normas. En términos generales, las festividades concluyeron con un balance positivo, gracias al buen comportamiento tanto de locales como de visitantes.
Ahora que las fiestas han terminado, es momento de que el alcalde de Sincelejo enfoque su atención en las prioridades de la ciudad. Es hora de dejar atrás el «pan y circo» y trabajar con determinación en los problemas que aún afectan a la comunidad. La declaración de ser «el mejor alcalde del mundo» puede sonar extravagante; lo que realmente se necesita es un mandatario eficaz y comprometido.
Con humildad, el alcalde debe colaborar estrechamente con los concejales y la ciudadanía para avanzar en proyectos que beneficien a todos. Solo así podrá ganarse el respeto y el reconocimiento de los sincelejanos, quienes, con justicia, podrían recordarlo como el mejor alcalde de la historia de este terruño.