Toda Colombia recordará a Jeymmy Paola Vargas Gómez, quien no solo representó al barrio Chapacua en el Reinado Popular y a Cartagena en el Reinado Nacional de la Belleza 2003 (en el que fuera coronada virreina y luego se convertiría en Miss Internacional), sino también en su actuación en el 2011 en la telenovela que contó la vida del cantante Joe Arroyo, en donde personificó a Adela Martelo.
La historia que hoy vengo a contarles no se trata de pasarelas ni de cámaras de televisión, se trata de hechos protagonizados por la mismísima Jeymmy Paola en su nuevo rol como contratista de la administración del alcalde Dumek Turbay Paz, más específicamente en el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC), prestando «apoyo a la gestión en la división de promoción cultural en el marco del proyecto: protección, gestión y salvaguarda del patrimonio material e inmaterial».
Cuentan que Jeymmy es dizque la mano derecha de la directora del IPCC, Carmen Lucy Espinosa Díaz. No es la primera vez que esta entidad está en el ojo del huracán por escándalos relacionados con presuntos malos manejos, favorecimientos y corrupción. Con estos antecedentes, una vez me enteré de la contratación de Jeymmy ( CPS-IPCC-0116-2025) y con la ayuda de otras personas, nos dimos a la tarea de escudriñar toda la documentación asociada al citado contrato, el cual fue firmado el 14Mar2025 e inició el 21Mar2025.
El primer detalle que noté fue una inconsistencia entre la duración del contrato y el número de pagos a realizar. En la cláusula de la minuta complementaria del contrato se lee lo siguiente: «el valor del contrato será de $55.000.000, y se pagará así: una primera cuota a 20 de marzo de 2025 por valor de $5.000.000, Una segunda cuota a 30 de marzo de 2025 por valor de $5.000.000, y 9 cuotas iguales y sucesivas por valor de $5.000.000 pagaderas con corte al último día de cada mes […]».
Es decir que se le pagaran realmente 11 mensualidades y no nueve, que se supone es la duración oficial del contrato. Al revisar las cuentas de cobro, puede notarse que, el 23Abr2025, se pagaron dos facturas correspondientes al mes de marzo por un valor de $5 millones cada una. El mes de abril y mayo fueron pagados el 11Jun2025.
Es necesario plantear dos interrogantes. El primero es ¿por qué once pagos y no nueve? El segundo es si el contrato es por nueve meses y un valor total de $55 millones, ¿eso no haría que los honorarios mensuales sean de $6.11 millones y no de $5 millones como dice el contrato?
De lo anterior se deriva también cuestionar si la exreina, modelo y actriz cumplía con los requisitos necesarios para que se le pagaran esos honorarios. Pues bien, desde la primera página de su hoja vida se notaba que algo no encajaba: en la parte de su formación académica solo registró que era bachiller.
De acuerdo a la Resolución 6000 de 2020 (pág. 4), los honorarios de un bachiller con más de 36 meses de experiencia están entre 1,7 y 2,5 salarios mínimos mensuales legales vigentes (smmlv), que para este año serían entre $2.419.950 y $3.558.750. Estos valores están por debajo de lo que se paga a Jeymmy.
Al seguir examinando su hoja de vida, noté un documento de título ‘Acta de Certificación 02’, el cual fue expedido el 22Nov2022 por la Escuela Municipal de Artes y Oficios (EMA) del Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Bucaramanga (IMCT), en donde consta que Jeymmy Paola era ‘Técnica Laboral en Actuación y Teatro’.
La misma resolución arriba referenciada establece que los honorarios de un técnico con la experiencia documentada por la exreina oscilan entre 2,4 y 3,6 smmlv ($3.416.400 y $5.124.600). Este hecho genera una dicotomía. Por un lado está que si el salario es de $5 millones sí estaría en el rango. Por el otro, si el contrato de $55 millones es por nueve meses, sus honorarios mensuales serían de $6.11 millones, lo cual estaría por fuera del rango.
Pero la cosa no termina ahí. En el ‘Acta de Certificación 02’, el nombre de Jeymmy Paola no solamente tiene una tonalidad más oscura, sino que el tipo de letra es totalmente distinto, lo que sugería que el documento podría ser falso. Es así que, el 02Oct2025, presenté una petición de tres numerales al IMCT, solicitando información acerca del documento adjuntado por la exreina en su hoja de vida.
La contestación a mi petición confirmó mis sospechas: el documento es completamente apócrifo. A continuación, transcribo un aparte de la respuesta:
«[…] Revisando el archivo institucional, se evidencia que no se encuentra de matrícula, cursado, aprobación ni certificación alguna a nombre de la señora Jeymmy Paola Vargas Gómez correspondiente al programa Técnico Laboral en Actuación y Teatro ofrecido por la entidad dentro del programa académico de la EMA […]».
Y el oficio remata diciendo:
«[…] En consecuencia, conforme al Acta del Consejo Académico de la Escuela Municipal de Artes – EMA, del 22 de septiembre de 2022, en la cual se estipuló el listado de estudiantes graduados y se aprobó el formato oficial del diploma a otorgar, se evidencia que la señora Jeymmy Paola Vargas Gómez no figura dentro de dicho listado y que el documento presentado difiere del formato de diploma establecido por la institución. Se anexa copia del acta del Consejo Académico como soporte de la presente respuesta […] En ese sentido, el documento en referencia no corresponde a un registro oficial emitido por la Escuela Municipal de Artes y Oficios – EMA ni por el Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Bucaramanga […]» (nota: la fecha del acta del Consejo Académico es del 22Nov2022).
Entre las posibles conductas punibles que se vislumbran están: falsedad material en documento público, interés indebido en la celebración de contratos, contrato sin cumplimiento de requisitos legales, prevaricato, y fraude procesal.
En todo caso, serán los entes de control y la Fiscalía General de la Nación quienes determinen si existen responsabilidades penales, disciplinarias o fiscales en este caso y establecer si lo ocurrido con el contrato de Jeymmy Paola Vargas constituye un hecho aislado o parte de un patrón de irregularidades dentro del IPCC. Solo ellos podrán confirmar hasta dónde llega la verdad.
Por ahora, los hechos expuestos dejan en evidencia la necesidad de mayor transparencia en la contratación pública del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena. Como decía el difunto Joe Arroyo: «a que tú me tira’ a mí las cajas y yo te tiro los cajones».



