Este miércoles 10 de abril la Universidad de Cartagena inaugura el Laboratorio de Historia en Estudios Coloniales; es el primero en su categoría en la ciudad y puede replantear a futuro la visión del estudio de Cartagena de Indias entre el Siglo XVI y siglo XVIII. El proyecto, en alianza con la Fundación Cartago, avizora un buen momento para una ciudad que merece ser releída a partir de fuentes originales.
El nuevo laboratorio de la Universidad de Cartagena está ubicado en el claustro de San Agustín en la facultad de Ciencias Humanas, donde funcionaba la antigua imprenta departamental y la Sociedad de Economistas.
Tiene dos objetivos pilares:
El primero es fortalecer y estimular la investigación en el programa de Historia de la Institución, teniendo en cuenta que en la ciudad e instituciones educativas no se estudia ese periodo debido a la falta de fuentes.
En el Archivo Histórico de Cartagena los documentos más antiguos que se consiguen datan de 1830 en adelante, los demás desaparecieron en las quemazones, sin embargo, en esa época se hacían reposar copias en Santa Fe de Bogotá por ser la capital virreinal y en España, por esto ya están establecidos los contactos con el Archivo General de la Nación en Bogotá y el Archivo General de Indias en Sevilla, España.
Para estudiar este periodo del Siglo XVI al XVIII en Colombia se necesita saber paleografía y la mayoría de los programas de Historia del país no ofrecen la posibilidad de aprenderlo, a partir de este año el aprendizaje de esta técnica está incluida como una asignatura electiva en el programa de Historia, de igual manera un diplomado y un curso intensivo en paleografía del siglo XVIII.
Se resalta la importancia de adquirir este aprendizaje porque en los siglos XVI y XVII, la escritura no estaba unificada, hasta 1730 se produce el primer diccionario que estandariza la lengua castellana. Pero solo hasta el siglo XVIII se exige que los escribientes sean ilustrados. .
El segundo gran objetivo es formar nuevas generaciones de investigadores, así que teniendo en cuenta el contexto se estableció que su participación en el Laboratorio se logre por medio de convocatorias y los elegidos entran en calidad de becados. El proyecto está financiado por cinco años, durante los cuales se formarán 100 investigadores, es decir, serán veinte becados por año.
“Entonces lo que queremos hacer en una red de investigación que tenemos en América Latina, con pares de Argentina y otros colegas en México, es replantear la visión del estudio de ese periodo y formar a los estudiantes con base en eso, desarmando paradigmas y volviéndolos a armar, porque la historia que tenemos de esa época generalmente no estuvo montada sobre las fuentes, sino sobre muchos discursos. Esto produjo que enfocáramos la historia de manera equivocada”, explicó la docente Maribel de la Cruz.