Nuevamente, y como gran cosa, entre este 5 y 7 de septiembre se realizará en Mompox, hoy Distrito Especial, la octava edición de un desenfreno al que han llamado Festival de Jazz, como si el gobierno departamental haciendo caso omiso al folklor y al ancestro cultural de esta bella región insistiera en acabar con su tradición musical.
El desplazamiento, las avanzadas y las caravanas de funcionarios, como ha ocurrido con las otras siete ediciones, serán exorbitantes, máxime cuando el mismo se hace usando a manos llenas y de manera desproporcionada los dineros de las arcas públicas, o sea, los dineros de todos nosotros, los contribuyentes.
Estoy seguro que esta nueva edición del Festijazz no sólo tendrá un ingrediente adicional, a los politiqueros que aspiran a ser elegidos, sino, también, y como otros años, a los derrochadores servidores públicos que usarán este absurdo encuentro musical como pasarela de autoelogios.
No hay algo más absurdo e insensato que se le haya ocurrido a gobernante alguno que remplazar con el Jazz extranjero los bellos y propios ritmos de la Depresión Momposina como son la Cumbia, el Chandé, el Berroche, la Guacherna y la Tambora, entre otros; pero bueno, así transcurre, y así mismo el Ministerio de Cultura avala y pasa por desentendido ante este desmadre cultural.
Cuánto nos gustaría ver que así como todas esas caravanas y delirantes avanzadas de servidores públicos del departamento corren a la llamada “Tierra de Dios”, para asistir a ese desenfrenado jolgorio, el Festijazz; también los viéramos envalentonados tomando carretera para ir a los bolivarenses municipios de Villanueva, San Nepomuceno, Córdoba-Tetón, El Carmen, la tierra del gobernador; Pinillos, Margarita y Santa Rosa del Sur, entre otros, y verlos apersonados, con coraje, de los 1.570 casos de dengue, 25 de ellos hemorrágico, y la muerte de una menor por esta causa, según los reportes a 17 de agosto de 2019.
La verdad es que antes que un desaguisado y oneroso Festival de Jazz, justificado dizque por la similitud geográfica y paisajística entre la Depresión Momposina y la ciudad de New Orleans, cuna de este género musical, preferimos que la Agenda Festiva del gobernador de Bolívar, Dumek Turbay Paz, el del Bolívar Sí Avanza…se enmarque en vernáculos eventos como el Festival Nacional Autóctono de Gaitas de San Jacinto, el Festival de Bandas, el Festival Multicultural de los Montes de María y el Festival de tambores y expresiones culturales de Palenque.
Pareciera que por parte de los gobernantes de Bolívar hubiera desprecio por los ritmos musicales originarios de la depresión momposina y que por el mundo llevan, “Totó la Momposina”, los interprétese de José Barros y las Farotas de Talaigua; y que por el contrario pareciera que les suenan mejor los ritmos extranjeros ligados al ocultismo y al esclavismo.
Si los casos de dengue reportados últimamente en el departamento de Bolívar van en ascenso, afectando gravemente la salud de los infectados y poniendo, aún, en riesgo la vida de los mismos, nos preguntamos, ¿dónde están entonces los recursos y las acciones de prevención de la enfermedad y promoción de la salud que para este caso, como para otros, debe invertir y adelantar la Secretaría de Salud de Bolívar?
¿Y si así como se destinan más de tres mil millones para derrocharlos en esta jarana que llaman Festijazz, por qué no se destinan importantes recursos para controlar la proliferación del Aedes Aegyti, el mosquito transmisor de esta grave enfermedad, el dengue?
Finalmente, si el apóstol Pablo llamó insensatos a los Gálatas, bien podría llamarse igualmente insensatos a los gobernantes que invierten las prioridades de algo tan fundamental para el pueblo como es la salud.