Si los indígenas marchan a protestar hacia Bogotá, enseguida se tilda de estar infiltrada por la guerrilla. Si la oposición reclama decisiones gubernamentales, de inmediato es estigmatizada de auspiciadora de la guerrilla. Si persigues la conquista de espacios de paz, es tratado de mamerto (Gran mayoría desconoce su significado, pero causa detrimento integral).
El término izquierda limita al que piensa distinto de las decisiones ejecutivas, de cualquier orden, lo “pordebajea”, lo desprecia, así resulten sus apreciaciones útiles, en razones de equilibrio intelectual, es más destructor ponerle el apelativo a una persona de izquierda, que de derecha, de por sí, términos violentos que frenan los avances de conciliación sobre percepciones de Estado, lo peor, es que no estamos aprendiendo las experiencias antepasadas, que han significado fracasos imposibilitando acabar el conflicto armado (Insistente y torpemente no reconocido por el actual gobierno, aunque los aliados saben bien porque mantener esa línea dura – representa votos).
Aquí los medios contribuyen en ese menoscabo moral porque les encanta referirse a líderes opositores como de “izquierda”, mientras que a los de “derecha”, simplemente mencionan su nombre y listo, el daño está hecho, les restan importancia a los primeros.
Pensar diferente no debe seguirse utilizando como forma oportunista de mantener altercados políticos, descalificar al otro referenciándose mutuamente “Es que tú eres de izquierda y tú eres de derecha”, es un craso error, una estupidez, que sirve para mal gastar tiempos valiosos que debieron aprovecharse para superar divergencias y resolver tragedias sociales.
Insólito que, a estas alturas, todavía se estén discutiendo y reclamando derechos indígenas, entonces, ¿Para qué son los resguardos indígenas? ¿Acaso los resguardos indígenas, no son entidades territoriales, con derechos y obligaciones constitucionales?
Hablemos claro, distanciar al izquierdoso, del derechista, pierde el primero, porque el segundo, siempre ha estado mandando, mal o bien, ahí situado está en el pedestal.
Estar en el barro implica un desgaste que propició el Frente Nacional, ante una aterradora guerra partidista, tocó alternar el poder cada 4 años, durante dieciséis años, contuvo la violencia, pero fundamentó las guerrillas dentro del boom de la guerra fría expandida por Estados Unidos y Unión Soviética, dividiéndose en dos bandos.
Este fenómeno global lo superó Europa, Asía, África, Oceanía, pero en América, nos han mantenido en el vaivén de los gobiernos gringos, si ganan los demócratas, es gobierno de izquierda, si ganan los republicanos, ganan los de derecha; pendejadas que no conducen a nada, al contrario, agudizan las penurias en nuestros territorios.
Basta YA, es hora de que los líderes ofrezcan a las gentes, bienestar, seguridad y tranquilidad para no ver a los policías como enemigos, o al opositor con desprecio, sino, como individuos que nos ayudarán a zanjar diferencias de forma civilizada, que surjan nuevos debates, como, por ejemplo: “Luego de cumplirle a los indígenas, como ellos van a comprometerse a detener las violaciones sexuales de adultos a sus niños, o parar embarazos adolescentes”.
Existen problemas de fondo, que perjudican a ricos y pobres, detenidos en el tiempo, por estar en desacuerdos sustanciales se ofende al jefe de su partido o líder reverencial, seamos consecuentes y dolientes de la hambruna e incertidumbre que carcome a los colombianos. Aprovechemos el tiempo para resolver problemas eternos.
Perfil del columnista: Abogado. Especialista en Derecho Penal. Asesor Jurídico. Litigante. Analista Político. Escritor. Columnista. Investigaciones sobre Capitalismo Democrático. Estudios relacionados al perfeccionamiento Derecho Preventivo en todos los sectores. Propulsor del respeto Opinión de cada quien. Garantizar el Estado de Derecho y Social de Derecho, gana Colombia.