La peor tormenta es la corrupción, es una extraña mezcla de sentimientos los que hoy se conjugan en medio de esta nueva tragedia que enfrenta Cartagena de Indias, nos tocó una tormenta y no fue IOTA la que hizo el mayor daño, fue la corrupción.
En la semana que conmemora nuestra gloriosa Independencia del yugo español en el penúltimo mes de un año lleno de tantas experiencias, tristezas, miedos, lutos y sinsabores en medio de un hecho sin precedentes y una recesión económica que si bien el Gobierno se empeña en negar existen y la sufrimos, ahora no es un virus letal no es la inseguridad ni la violencia, es la naturaleza que nos amenaza implacable como un verdugo despiadado ¿o será que somos nosotros los despiadados? qué conocedores de su furia no somos precavidos, no actuamos en tiempo y teniendo los recursos no hicimos nada para prevenir el desastre.
En el mes de enero en reunión del Alcalde William Dau Chamat con los presidentes de Juntas de Acción Comunal, se comprometió a contratar obras de mínima cuantía con estas juntas con el fin de generar empleo y ejecutar obras de necesidad comunitaria como por ejemplo la re limpia de los caños, hoy nos toca llorar sobre la leche derramada.
Pregunto ¿Qué hacen las empresas que manejan los residuos sólidos? ¿Qué hacen las autoridades ambientales ante estos hechos? porque CARDIQUE sigue captando el 50% de la tasa de impuesto predial cuando hoy el Distrito supera el millón de habitantes y el DANE no lo certifica porque la corrupta clase política de Cartagena prefiere seguir pagando tributo a un feudal que domina nuestro medio ambiente.
¿Qué pasa con el PGIRS? ¿Qué pasó con la contratación de relimpia y drenaje de caños que no se realizó pese a las advertencias y notificaciones de la Procuraduría? ¿Qué paso Con el plan de drenajes pluviales? Sabiendo de los perversos que suelen ser los malandrines es muy probable que escondieran los caños para que no los limpiaran.
Es innegable que años y años de corrupción hoy muestran sus efectos cada vez que estos lamentables hechos ocurren, pero no podemos desconocer que la negligencia de este Alcalde es también culpable en esta terrible calamidad, claro esta que ya encontró a quien endosar su responsabilidad y en medio de esta crisis decidió que la no ejecución del presupuesto y la parálisis presupuestal es culpa del Secretario de Hacienda Dewin Pérez Fuentes y no de su inoperancia.
Es imperativo solucionar y prevenir, solucionar lo presente y prevenir a futuro; debemos ser conscientes del cambio climático, pensar que la naturaleza continúa recuperando sus espacios y paseando libre por su casa “la tierra”, la indiferencia de nuestros dirigentes ha sido mucha y es cruel la inmediatez de su presencia a la hora de un show mediático en medio de esta dolorosa situación.
¿Qué medidas ha tomado o tomara la Procuraduría en medio de esta situación que en gran medida ha causado la actitud airada del Alcalde Dau?
Teniendo en cuenta su arrogancia y carácter ansioso, iracundo, su mismo deseo por demostrar poder personal o sola necesidad de mostrar una falsa superioridad que ensalza un autoproclamado mesianismo. El Dau literalmente nos hundió a todos como ciudad en su afán, un comportamiento que el mismo tildaría de corrupto si se tratara de otro funcionario o de otra administración o entidad.
William Dau revictimiza a los damnificados obligándolos a la humillación pública de la mendicidad, cuando el Distrito tiene un presupuesto que no se ha agotado y si se agotó se niega a decir en que.
De las tantas veces que se ha hundido Cartagena todas han sido a causa de la corrupción y esta vez no ha sido la excepción, no podemos seguir descendiendo, hace un año éramos una ciudad algarete hoy ya de ciudad poco o nada queda. El Capitán del barco es una caricatura perversa de lo que debería ser un verdadero Alcalde.